
Por si acaso, UPyD ya está metida en una estupenda riña interna. Tal vez sus líderes y cuadros den por seguros los éxitos venideros y estén disputándose por anticipado las mieles del poder (aunque sólo sea un poder pequeño o un antipoder testimonial). Aunque quizás exista una maldición bíblica por la cual los partidos políticos españoles, en cuanto medran una miaja, caen directamente en la manía del quítate tú p´a ponerme yo. Incluso los que, como Ciudadanos o esta UPyD, habían nacido justamente para superar los habituales vicios del Sistema.
Ha sido Aragón, la más famosa, uno de los primeros lugares donde UPyD ha empezado a a reventar la traca cuando apenas comenzaba la verbena. El delegado regional del partido, Javier Carraquino, quiso parar el ordeno y mando de Díez . Ésta (que menudo genio tiene) contratacó de inmediato asegurando que algunos militantes zaragozanos (amigos de Carraquino, se supone) estaban ofreciéndose como futuros conseguidores de pelotazos. No había pruebas al respecto, pero la cosa se lió y el delegado aragonés fue cesado. Desde entonces se han ido sucediendo los enfrentamientos internos por buena parte de las Españas (o de la única España, que los de UPyD son jacobinos). Ha saltado Mikel Buesa, uno de los fundadores, y los disidentes están pasando a la guerrilla refugiados en sus blogs. Tempranico empezáis, queridos.
El Periódico de Aragón
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