viernes, 29 de mayo de 2009

AMENAZA DE DEFALCION

POR más que la ministra que vislumbró «brotes verdes» en nuestra economía pretenda que la caída de precios durante tres meses consecutivos no signifique una amenaza de deflación, ésta existe. Con los datos conocidos ayer del IPC armonizado -se sitúa ya en -0,8 por ciento-, la deflación acecha. La ministra se fija sólo en los precios del petróleo y argumenta que su reducción a menos de la mitad sobre los de hace un año explica perfectamente la caída de los precios y que por ello conviene no incurrir en ningún alarmismo. El petróleo y los alimentos sin elaborar -materias primas sometidas a mercados globales- son para la vicepresidenta Elena Salgado los factores que explican que la tasa de inflación española circule por debajo de la media europea. Sin embargo, hay otros factores que el Gobierno pasa por alto. Por lo mismo que era difícil explicar, sin una referencia a la pérdida crónica de productividad y competitividad, el hecho de que los precios españoles crecieran por encima de la media de la zona euro, ahora ocurre lo contrario. Para explicar la caída del nivel de precios hay que reparar en lo que ya empieza a ser un serio hundimiento del consumo y una severa caída de la demanda interna, que fuerza a la oferta a reducir precios para atraer clientes.

Basta observar cualquier comercio para apreciar la multiplicación de ofertas y el ajuste de precios en la mayor parte de los establecimientos. Para reducir inventarios, para vaciar almacenes, hay que atraer clientes con precios más bajos. Y en no pocos casos parece que los comerciantes tratan de evitar pérdidas mayores admitiendo vender sin margen de beneficio o, incluso, perdiendo en algunos casos. Son ya tres meses consecutivos con una tasa de IPC global negativo: una décima en marzo, dos en abril y ocho en mayo. De esta manera, España ya ha recorrido la mitad del camino para certificar técnicamente una situación de deflación, que los economistas califican como de caída sistemática del nivel de precios durante un período de dos trimestres. Desde que hace casi medio siglo el INE empezase a medir en España el IPC con criterios técnicos homologados a nivel internacional, ésta es la primera vez que ocurre un fenómeno de deflación, que responde a una situación económica de emergencia. Mientras, el Gobierno sigue amarrado al mástil del optimismo. Se equivocó al apreciar el riesgo de recesión, al prevenir el aumento del paro y puede equivocarse una vez más en la apreciación de la deflación.

ABC - Editorial

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