miércoles, 30 de mayo de 2007

Savater hunde a Ciutadans

El filósofo y activista Fernando Savater es gafe. Ha sido anunciar Savater que ahora quiere montar una nuevo partido político en el País Vasco y el resto de España, con la colaboración de los promotores de Ciutadans de Catalunya, y acto seguido el nuevo partido catalán, en el que se integran Albert Rivera, Arcadi Espada, Albert Boadella, Francesc Carreras y compañía, se ha dado un sonoro batazo en las elecciones municipales de Cataluña, perdiendo 22.500 votos del total de los 89.840 que sacaron los de Ciutadans en las pasadas elecciones autonómicas. Es decir, han perdido en sólo un santiamén ¡el 25 por ciento! de su electorado, gracias a Savater, entre otras cosas.

Y no es la primera vez, ni será la última, que Savater se mete en un lío y en un fracaso, porque su trayectoria política de saltimbanqui megalómano es muy dilatada y no es del todo conocida. Empezó apoyando a ETA a través de Herri Batasuna; luego apareció en un fantasmagórico partido radical en compañía de Carrillo, cuando el ex dirigente comunista abandonó el PCE; luego se acercó al PSOE; después al PP con Basta Ya en la gran operación —también fallida— de Jaime Mayor Oreja en las elecciones vascas del 2001. Más tarde regresó al redil del PSOE y, tras presentarse aquí y allá como gran paladín del antinacionalismo, acabó apoyando al Gobierno de Zapatero que pactó con radicales nacionalistas como ERC y con el PNV y CiU, hasta el punto, incluso, de apoyar en un principio el proceso de negociación con ETA iniciado por el presidente del Gobierno. Pero a los pocos meses de nuevo cambió de opinión y se volvió a distanciar de la Moncloa, y entonces se arrimó al sector mas antinacionalista del PSOE —Rosa Díez—, hasta anunciar, como lo ha hecho en los últimos días, que piensa promover, y por supuesto liderar él —¿quién si no?—, un nuevo partido vasco y nacional en directa colaboración con Ciutadans, a los que acaba de empujar a su primera derrota electoral, con su natural gracejo y ansias de protagonismo.

Y ya veremos si, en uno de sus estrambóticos saltos de caballo —animal que tanto le gusta— sobre el tablero político español, no acaba pidiendo la entrada en el PP o dando apoyo a Rajoy, que es lo que le faltaba al líder del PP para estrellarse en las generales. Entre otras cosas porque en ese partido el discurso antinacionalista ya está, y Savater no les aportaría nada nuevo. Y todo esto sin olvidar sus clamorosos silencios durante los años de corrupción y los GAL del felipismo, a la sombra del diario El País —desde donde él acusaba a Pérez Royo de lo mismo—, o su notoria pasión por las guerras iraquíes de la familia Bush, entre otras muchas andanzas del entonces conocido “gallo de Morón”, que apoyaba los bombardeos sobre Bagdad que repostaban en la base española de Morón.

Que Savater tiene razón sobre lo que ahora dice, como buen converso —antes apoyaba a Batasuna—, sobre el nacionalismo vasco y ETA, eso va a misa, lo diga Savater o el lucero del alba. Y, además, no es ninguna novedad porque eso también lo sabe y lo piensa mucha gente en España. Su novedad consistía en escribir eso en El País, que es el diario gubernamental de Zapatero, donde además parece que ya le han censurado algún artículo. Pero si se sale, por sus excentricidades y megalomanía enfermiza, del Grupo Prisa, el gafe Savater —que está haciendo perder lectores a El País— entonces también perderá entonces su pretendida gracia y peculiaridad.

En cuanto a lo de montar un nuevo partido político, nos parece muy bien. Que lo monte, a ver qué hace y cuántos diputados saca en las elecciones generales; pero todo apunta que si lo hace será para fracasar, porque este filósofo oportunista y saltarín, más que un buen caballero de pura sangre, un Lester Piggott de la política nacional, es un pillo y un incapaz de presidir una alternativa política democrática y racional. Además es gafe, y si no que se lo pregunten a Ciutadans.

Las Pesquisas de Marcello
Estrella Digital,30-05-2007

Sectores críticos de Ciutadans planean disputar el liderazgo a Rivera en el congreso del partido

Las aguas bajan revueltas en el seno de Ciutadans. El próximo 30 de junio el partido presidido por Albert Rivera celebrará un congreso extraordinario en el que se renovarán los órganos de dirección. El propio Rivera se presentará a la reelección, pero al menos dos corrientes críticas con el actual equipo directivo planean pugnar con él para hacerse con el control de la formación. "En el partido hay muchos descontentos a la vista de lo mal que está funcionando. Con toda seguridad, el 30 de junio se presentarán una o dos candidaturas para disputarle la dirección a Rivera", señaló ayer un dirigente que prefirió mantenerse en el anonimato "por miedo a ser expulsado", precisó.

El sector más abiertamente beligerante con Rivera se agrupa en torno al diputado y secretario general del partido Antonio Robles. Este dirigente llegó a presentar su dimisión hace un mes, renuncia que se debería haber hecho efectiva precisamente ayer. Sin embargo, parece que seguirá en el cargo al menos hasta que se celebre el congreso. "Criticamos la falta de transparencia y la ausencia de contenido de la dirección. Ahora se apoyan en cuatro lemas y con eso les basta", señaló un miembro del partido próximo a Robles.

Estilo presidencialista

Todas las fuentes consultadas coincidieron en criticar "el estilo presidencialista" de Rivera y "la falta de democracia interna". Para muestra, un crítico señaló que Rivera había convertido en gerente de la formación al chófer que había utilizado durante la campaña electoral de las Autonómicas.

El presidente del partido negó ayer que existan fracturas internas: "No sé nada ni de facciones ni de familias. En el partido estamos todos para defender lo mismo", señaló. "No me consta que en el próximo congreso se presentarán otras candidaturas", añadió.

Es probable que Rivera también tenga que rendir cuentas a otro sector crítico próximo a la Asociación de Ciutadans de Catalunya, la plataforma que en 2005 agrupó a los 15 intelectuales que firmaron el manifiesto que se materializó en el actual partido político. "Aún no hay nada decidido. Pero eso no significa que no lo vayamos a hacer", señaló una fuente cercana a la Asociación en referencia a la posible presentación de una candidatura. Oficialmente piden el apoyo para Ciutadans, pero en su seno crecen las críticas en el sentido de que "se han apoderado del partido garrulos que van en coche oficial".

El hecho de que algunas de esas dos facciones le arrebate el control del partido a Albert Rivera dependerá de los apoyos que puedan recabar en los próximos días dentro del partido. "Es difícil saber cuántos críticos hay. El grupo de Rivera es reducido, pero se ha hecho muy conocido y controla la maquinaria del partido", dijo un dirigente.

Jaume Bauzà - El País Barcelona - 30/05/2007