CADA lunes y cada martes, un político del Gobierno, venga al pelo o pegue menos que una falda a la vicepresidenta, anuncia muy solemnemente, engolando la voz, que España tiene la juventud mejor preparada académicamente que nunca haya existido. Como chiste no está mal. ¿O lo dicen con ironía, y ya se sabe lo que tanto repiten los radiofonistas, que la ironía, si es hablada, se comprende muy mal y muy pocos captan la segunda intención y el sentido figurado? ¿La juventud mejor preparada de la Historia, la que puede pasar curso con cuatro cates, la que apenas estudia la geografía de su región y, al paso que vamos, de su término municipal? ¿La que cada vez tiene menos horas lectivas a la semana de enseñanza de la lengua castellana?
Basta ver los SMS de pago que manda la gente a las televisiones, ésos que salen sobreimpresionados en los faldones-insultarios de libre participación en los programas del famoseo. No sé si vive todavía don Luis Miranda Podadera, autor del famoso manual de ortografía gracias al cual aprobaron las oposiciones generaciones y generaciones de funcionarios de Correos, de factores de la Renfe y de guardias civiles. Si el señor Miranda Podadera vive, pensará: «Pásese usted una vida entregado a la ortografía para esto». Y si ha muerto, al ver desde el otro mundo esas barbaridades que se perpetran contra la lengua castellana en los mensajes televisivos de los SMS, se revolverá en su tumba.
De la generación más preparada, nada. En todo caso, la generación más diestra (mañosa, diría más bien) en nuevas tecnologías, en bajar canciones gratis de Internet, en colgar vídeos en YouTube, en sacar por Google y recortar y pegar el trabajo que han de presentar como propio en el colegio o en el instituto. Es la generación que no sabe, porque no ha tenido que estudiarlo, qué es el Antiguo Régimen o quién Platón. Les hablas de Las Navas de Tolosa y se creen que es un restaurante de cocina regional. Les preguntas por el reinado de Alfonso XI y te dicen en el mejor de los casos que antecedió al de Alfonso XII. Y de Latín y Griego, ni nombrarlos, ésas son lenguas muertas, inútiles, ¿no, mi querido profesor Rodríguez Adrados? Y de Matemáticas, y Química, y Física, pues vámonos que nos vamos. Total, como aunque te cateen las tres puedes pasar curso...
Por si todo esto fuera poco, ahora anuncian para el Nuevo Bachillerato de la Modernidad y del Progreso de la Generación Más Preparada de la Historia de España (¡por aquí!) una nueva asignatura, que es ya la suprema perfección. ¡Tachín, tatachín! Los muy lerdos, palurdos, zoquetes, incultos e ignaros estudiantes españoles serán, eso sí, perfectamente instruidos en Ciencias del Mundo Contemporáneo. A las ciencias y letras del mundo antiguo, que les vayan dando. ¡Viva la Modernidad! Se margina cuando no se persigue la enseñanza de la Religión, pero gracias a las Ciencias del Mundo Contemporáneo nuestros escolanos serán instruidos en los dogmas, sagrados misterios y mandamientos de la nueva religión, que es el Cambio Climático. Irán a examen las encíclicas completas del Papa Al Gore. Y tendrán que aprenderse de memoria conocimientos utilísimos para la futura vida profesional, como la sostenibilidad del planeta (Agostini, naturalmente) y el origen del universo.
Los que hicimos el Bachillerato por el Plan Ruiz Giménez de las dos reválidas, elemental y superior, y luego el Preu, ¿cómo hemos podido sobrevivir, cursar unos estudios universitarios y ganarnos honradamente la vida sin haber cursado, vamos, ni un solo cuatrimestre de Ciencias del Mundo Contemporáneo? ¿Cómo Juan Ramón, Aleixandre o Cela ganaron el Nobel sin haber estudiado Ciencias del Mundo Contemporáneo? ¿Cómo Severo Ochoa llegó a ser lo que fue sin estudiar Ciencias del Mundo Contemporáneo? Ya era hora de que nos pusiéramos al día. ¿Podremos los puertos estudiarlas y ponernos al día por la Universidad a Distancia? No por nada, sino porque de esa asignatura me interesa sobre todo la parte practica: cómo hacerse rico sin doblarla, cómo manipular la mentira para llegar a hacerla verdad, cómo poder dormir tranquilo sin tener el menor principio ético ni moral... Vamos, las verdaderas Ciencias del Mundo Contemporáneo en las que estos tíos del Gobierno son unos expertos.
Antonio Burgos
ABC, 4-11-2007
Basta ver los SMS de pago que manda la gente a las televisiones, ésos que salen sobreimpresionados en los faldones-insultarios de libre participación en los programas del famoseo. No sé si vive todavía don Luis Miranda Podadera, autor del famoso manual de ortografía gracias al cual aprobaron las oposiciones generaciones y generaciones de funcionarios de Correos, de factores de la Renfe y de guardias civiles. Si el señor Miranda Podadera vive, pensará: «Pásese usted una vida entregado a la ortografía para esto». Y si ha muerto, al ver desde el otro mundo esas barbaridades que se perpetran contra la lengua castellana en los mensajes televisivos de los SMS, se revolverá en su tumba.
De la generación más preparada, nada. En todo caso, la generación más diestra (mañosa, diría más bien) en nuevas tecnologías, en bajar canciones gratis de Internet, en colgar vídeos en YouTube, en sacar por Google y recortar y pegar el trabajo que han de presentar como propio en el colegio o en el instituto. Es la generación que no sabe, porque no ha tenido que estudiarlo, qué es el Antiguo Régimen o quién Platón. Les hablas de Las Navas de Tolosa y se creen que es un restaurante de cocina regional. Les preguntas por el reinado de Alfonso XI y te dicen en el mejor de los casos que antecedió al de Alfonso XII. Y de Latín y Griego, ni nombrarlos, ésas son lenguas muertas, inútiles, ¿no, mi querido profesor Rodríguez Adrados? Y de Matemáticas, y Química, y Física, pues vámonos que nos vamos. Total, como aunque te cateen las tres puedes pasar curso...
Por si todo esto fuera poco, ahora anuncian para el Nuevo Bachillerato de la Modernidad y del Progreso de la Generación Más Preparada de la Historia de España (¡por aquí!) una nueva asignatura, que es ya la suprema perfección. ¡Tachín, tatachín! Los muy lerdos, palurdos, zoquetes, incultos e ignaros estudiantes españoles serán, eso sí, perfectamente instruidos en Ciencias del Mundo Contemporáneo. A las ciencias y letras del mundo antiguo, que les vayan dando. ¡Viva la Modernidad! Se margina cuando no se persigue la enseñanza de la Religión, pero gracias a las Ciencias del Mundo Contemporáneo nuestros escolanos serán instruidos en los dogmas, sagrados misterios y mandamientos de la nueva religión, que es el Cambio Climático. Irán a examen las encíclicas completas del Papa Al Gore. Y tendrán que aprenderse de memoria conocimientos utilísimos para la futura vida profesional, como la sostenibilidad del planeta (Agostini, naturalmente) y el origen del universo.
Los que hicimos el Bachillerato por el Plan Ruiz Giménez de las dos reválidas, elemental y superior, y luego el Preu, ¿cómo hemos podido sobrevivir, cursar unos estudios universitarios y ganarnos honradamente la vida sin haber cursado, vamos, ni un solo cuatrimestre de Ciencias del Mundo Contemporáneo? ¿Cómo Juan Ramón, Aleixandre o Cela ganaron el Nobel sin haber estudiado Ciencias del Mundo Contemporáneo? ¿Cómo Severo Ochoa llegó a ser lo que fue sin estudiar Ciencias del Mundo Contemporáneo? Ya era hora de que nos pusiéramos al día. ¿Podremos los puertos estudiarlas y ponernos al día por la Universidad a Distancia? No por nada, sino porque de esa asignatura me interesa sobre todo la parte practica: cómo hacerse rico sin doblarla, cómo manipular la mentira para llegar a hacerla verdad, cómo poder dormir tranquilo sin tener el menor principio ético ni moral... Vamos, las verdaderas Ciencias del Mundo Contemporáneo en las que estos tíos del Gobierno son unos expertos.
Antonio Burgos
ABC, 4-11-2007
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