miércoles, 20 de diciembre de 2006

Elena Salgado, la ministra "arrancacepas", y Castilla-La Mancha



La Ley del Vino que está preparando la ministra Elena Salgado puede hacer más daño a Castilla-La Mancha que el arranque de viñedos propuesto por la Unión Europea.

El borrador de "Ley del vino" preparado por el Ministerio de Sanidad que encabeza la que ya llaman desde La Rioja a la Ribera del Duero "Ministra Talibán Salgado" puede hacer más daño a Castilla-La Mancha que el arranque de las cien mil hectáreas propuesto por la UE.

Ni la OCM del vino, ni los viticultores proteccionistas franceses habían llegado nunca tan lejos en contra del viñedo español. Habría que remontarse en estas tierras a la campaña rigorista de los almorávides para encontrar disparate semejante en contra del zumo de la uva y el viñedo.

Una ley que pretende que las bodegas no puedan utilizar sus marcas comerciales para el patrocinio de actividades culturales o deportivas, la venta de productos alternativos bajo la marca como aceites o vinagres o la promoción de emplazamientos turísticos se califica por sí misma. Parece salida de una caravana de mormones con rumbo a Utah o una madrasa islámica en el Pakistán refugio de los antiguos estudiantes coránicos afganos. Apesta a puritanismo y buena conciencia y trata al ciudadano como al niño que llora cuando se le pretende lavar la cara.

El tiro que la enjuta ministra lanza contra la viticultura y la enología, apunta a rendir por asfixia a un sector que no necesita demasiados empujones para que se derrumbe estrepitosamente.

Con esa ley vigente, bodegas como Osborne en Malpica de Tajo (Toledo) o Pago del Vicario en Ciudad Real en las que se apuesta por la innovación y el maridaje entre la cultura del vino, las artes, el deporte o el turismo acabarían convertidas en las próximas muestras de arqueología industrial para las nuevas generaciones.

José María Barreda, que se ha hartado a decir que en Castilla-La Mancha no se arrancaría una sola cepa de vid con su consentimiento, tiene otra buena oportunidad para demostrarlo. No es necesario ahora que viaje hasta Bruselas. La ley contra el vino, enmascarada bajo el eufemismo políticamente correcto de "Ley para la prevención del consumo de alcohol de menores", es una puñalada contra el sector perpetrada desde el corazón de España por un gobierno de su propio partido y con el objetivo nada menos que de proteger nuestra salud. En Madrid que no en Bruselas, y con Doña Elena tiene trabajo Don José María. Dios nos la de buena.

Pedro A. López Garyarre (El Digital de Castilla-La Mancha) (20/XII/06)

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