domingo, 7 de agosto de 2011

Y dale con la estafa de ni vencedores ni vencidos. Por Andrés Aberasturi

Andamos todos tan ocupados/preocupados con la prima de riesgo, la caída de las bolsas y la amenaza de una posible intervención de nuestra economía (como si ya no estuviera intervenida... pero esa es otra) que casi ni hablamos de lo que Bildu anda haciendo por Euzkadi y que no es sino una pura y permanente provocación: decisiones, nombramientos, invitaciones, actitudes... todo es mover la cuna que siempre ha mecido la mano ensangrentada de ETA. Pero esto, todo esto que no es poco, no es nuevo y ese es precisamente su mayor problema como han puesto de manifiestos algunas asociaciones: cada vez es más evidente que el disparate jurídico del Constitucional -diga lo que diga el ilustre don Pascual- metiéndose en un terreno que no le correspondía, enmendando la plana al Supremo en asuntos que no podía hacerlo y dando por fin luz verde a unas siglas que toda la sociedad española sabía lo que representaban, lo que ha conseguido el Constitucional ha sido no sólo parar el reloj de la democracia sino retroceder en el tiempo hasta volver a una situación en la nunca debimos estar.

Y en eso estamos otra vez, con las fotos en las fiestas, las ayudas económicas a las familias de los presos etarras, los silencios cómplices y las exaltaciones disimuladas. En lo que ya no se cortan un pelo, porque para eso les dio el Constitucional permiso, es para hacer y deshacer en lo ayuntamientos que tienen mayoría. Vuelven los abandonos -exilios- de muchos vascos lejos de su tierra mientras los dueños de las pistolas se permiten el lujo de darnos lecciones en forma de comunicados y recordarnos que la espada de ETA sigue ahí colgada sobre nuestras cabezas.

Y lo malo es que parece que había gente que esperaba otra cosa. Así, después de que Martín Garitano dijera algo tan brutal como lo que dijo ("Todavía no es tiempo de reflexionar sobre el dolor causado" refiriéndose a las victimas de ETA), PNV y Aralar se asombran -o dicen que se asombran- por dos motivos distintos y a cual peor. Andoni Ortúzar, del PNV, lamentaba que Bildu "está siendo ahora más ambiguo que en campaña electoral". Pero hombre, Ortúzar, ¿no será justo al contrario? Que no le abandone la inocencia.

Y a Zabaleta, líder de Aralar, regañando a Bildu por "no querer afrontar una realidad que es incómoda y dolorosa", la de reconocer el dolor de las víctimas, pero concluyendo, otra vez, con la gran estafa que vienen predicando desde hace tiempo los nacionalistas: "Aralar siempre ha trabajado por una paz sin vencedores y vencidos." Y no, claro. Quienes han matado, secuestrado y extorsionado a tanta gente inocente tiene que ser vencidos por los que hemos creído en la libertad y los derechos. Otra cosa es que, una vez vencidos, seamos nosotros, los buenos, los que decidamos cómo y cuándo y a quién se puede perdonar. Lo que manda huevos es que a estas alturas sea Garitano quien pretenda decirnos cuándo toca reflexionar sobre nuestros muertos.


Periodista Digtal - Opinión

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