jueves, 17 de marzo de 2011

Notas sobre una psicosis. Por Ignacio Camacho

La oleada mundial de pánico nuclear retrata una egoísta falta de respeto a los miles de víctimas del tsunami.

1.La alarma nuclear es objetiva y muy grave pero… tiene lugar en Japón. Y sólo en Japón. La obviedad es imprescindible ante el grado patológico y sensacionalista de la psicosis colectiva de pánico, cuando algunos medios divulgan instrucciones sobre cómo defenderse de un escape radiactivo. En ese sentido, hasta ahora es correcta la actitud de Zapatero: templar gaitas, centrar el problema y ordenar una revisión de las instalaciones españolas para tranquilidad pública.

2.El accidente de Fukushima no ha provocado todavía ninguna muerte; el terremoto y el tsunami han ocasionado diez mil desaparecidos. Nuestro alarmismo retrata una desenfocada parcialidad egoísta, una preterición moral, una obscena falta de respeto a esas víctimas que parecen no importar a nadie.

3.El ventajismo antinuclear es clamoroso. La demencial agitación apocalíptica casi obliga a aclarar que ha sido el tsunami el causante de la avería, y no al revés.

4. En esta polémica torticera nadie está limpio de culpas oportunistas. El lobby eléctrico ha aprovechado la recesión para ganar terreno en la opinión pública poniendo énfasis en la dependencia energética y sus altos costes.

5. El clima de shock emotivo no permite sostener un debate serio. La atmósfera social está cargada de prejuicios que contaminan incluso las opiniones técnicas, utilizadas como armas arrojadizas en respaldo de tesis establecidas a priori.

6.La reacción compulsiva de Angela Merkel, motivada por la inmediatez de unas elecciones regionales que tiene mal aparejadas, constituye un ejemplo de frivolidad política. Ha convertido la estrategia nuclear en una táctica reversible.

7. En contraste, la serenidad de Obama aporta un soplo de sensatez en momentos que requieren de un liderazgo fiable. También la unidad de demócratas y republicanos, que han renunciado a agravar la cuestión con un enfrentamiento político.

8. La generación nuclear no es una opción: representa el veinte por ciento de la energía que mueve el mundo. Se puede y se debe discutir sobre la conveniencia de incrementar o disminuir esa proporción, pero los partidarios de rebajarla han de explicar a qué están dispuestos a renunciar a cambio.

9.Sensu contrario, los pronucleares deben saber que desde ahora no basta con la ecuación objetiva de costes, seguridad y riesgos: hay que contar también con el factor psicosociológico del miedo, un intangible que cobra importancia crucial.

10.No se pueden minimizar las evidencias. El accidente es de una gran excepcionalidad, pero a Japón se le ha ido de las manos el control de la central averiada. La lección es que los protocolos teóricos de seguridad pueden resultar insuficientes cuando la catástrofe entra en fase crítica y depende del factor humano.


ABC - Opinión

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