lunes, 14 de marzo de 2011

Encuestas de doble filo. Por Ignacio Camacho

El diferencial de los sondeos se acortará en las municipales. Estos 15 ó 16 puntos no pasarán de cinco o seis.

VIENE con el mazo de periódicos bajo el paraguas, tratando de protegerlos de la lluvia. «Este fin de semana no se meten demasiado con nosotros; ni Zapatero ni los EREs pueden competir con un terremoto y una alarma nuclear», ironiza con una mueca cómplice. Debe de tener la mañana sarcástica porque no se ahorra otra broma ante el cartel de un candidato socialista pegado en una parada de bus: «¿Te acuerdas cuando presentábamos a gente conocida, a políticos de peso?». Le pregunto por las municipales para tirarle de la lengua. Sorpresa: no está demasiado pesimista.

«Al principio nos asustaban las encuestas. Ahora nos hemos acostumbrado, y quizá pronto los que se preocupen sean otros. Me explico: estos quince o dieciséis puntos de diferencia no pasarán de tres o cuatro en las municipales, cinco o seis en el caso peor. Ya lo verás. En total, menos de un millón de votos, quizá sólo medio, y con una abstención alta. Y si eso ocurre, será inevitable la pregunta de cómo el PP no logra abrir brecha en nuestro peor momento. El partido hará ese discurso, y los medios menos favorables a Rajoy. Cuando una victoria está tan clara, la preocupación principal es siempre para el favorito».


«Mira, al final, el balance de las elecciones de mayo se va a medir en tres sitios: Barcelona, Sevilla y Castilla-La Mancha. Perderemos alguna autonomía más, Asturias, Baleares, tal vez Aragón, pero eso tiene menos impacto de opinión pública. Las palizas en Madrid y Valencia están descontadas, y en Extremadura aguantaremos. El problema son esos tres lugares claves; si perdemos los tres habrá sensación de hecatombe grave, de vuelco. Y las dos capitales están prácticamente perdidas. En Barcelona palmamos seguro, en Sevilla muy probablemente, pero en La Mancha se puede estrellar Cospedal, que está demasiado sobrada. Y no es cualquiera: es la número dos del PP, parte del núcleo duro de Rajoy, y si fracasa va a hacer ruido. Mucho ruido».

«Es verdad que en el partido hay muy mal ambiente, sí, pero en las campañas electorales siempre nos venimos arriba. Los sondeos están creando una expectativa de doble filo que en el fondo perjudica al PP, porque ese diferencial se acorta seguro en las urnas; la gente expresa su cabreo a los encuestadores pero luego es bastante conservadora votando. Tenemos la sensación de que hay un voto oculto socialista, un voto vergonzante, como lo quieras llamar. El único problema serio que yo veo es que el Gobierno tenga que tomar más medidas impopulares bajo la presión alemana o de los mercados de deuda. Pero creo que el suelo ya lo hemos tocado. Es más, me parece que el verdadero problema lo podemos tener si el resultado no resulta desastroso. ¿Qué por qué? Porque si Zapatero no anuncia antes la retirada, podría sentir la tentación de reconsiderarla, ya sabes cómo es este hombre. Y entonces sí que vamos a sufrir en las generales…».


ABC - Opinión

0 comentarios: