viernes, 4 de marzo de 2011

De gira por esos mundos. Por José María Carrascal

Por cierto, ¿cuándo se acerca Zapatero a Cuba y Venezuela a cantar las excelencias de la democracia?

CUANDO los gobernantes empiezan a tener dificultades en su país, ya sabemos lo que hacen: irse al extranjero, a lanzar las más extravagantes iniciativas, que allí no les discutirá nadie. Es lo que ha hecho nuestro presidente. Su última gira por los emiratos árabes y el norte de África, en medio de la revuelta que sacude aquel mundo, es el no va más de esa política de evasión, que en realidad es de huida de la realidad. No de esos países, sino del nuestro. Zapatero adoptó en su recorrido los más diversos papeles, cambiando de personaje cada día. Si ante los magnates petroleros del Golfo Pérsico se mostró humilde, pidiéndoles que salvaran nuestras Cajas de Ahorro, en Túnez fue el Rey Mago cargado de regalos. Si en las monarquías que no dejan ni respirar a la oposición se cuidó de no pronunciar la palabra democracia, donde la revuelta popular ha triunfado se explayó sobre las bondades de la misma, los sacrificios que cuesta e incluso sacó a su abuelo fusilado y a su padre «sin libertad», omitiendo que ello no le impidió hacer una excelente carrera profesional. Pero donde su discurso alcanzó la cumbre de la galanura o desfachatez -pues de ambas cosas puede tildarse- fue al aludir a un Plan Marshall para aquellos países, como si se tratara de una coproducción cinematográfica. ¿Sabe lo que fue el Plan Marshall? Porque si lo sabe se daría cuenta, primero, de que eso no se improvisa y, segundo, de que para lanzarlo se necesitan unos medios que hoy no tienen los países europeos y, menos, España, aún en peligro de tener que ser rescatada por sus socios. Pero ¿qué importa eso a nuestro hombre, que habla de oídas y actúa como un bromista de la política, con iniciativas que tienen más pinta de broma que de iniciativas serias?

No hay duda de que ante la cautela de las grandes potencias europeas Francia, Alemania, y de los propios Estados Unidos, Zapatero intenta llenar ese hueco en un mundo árabe en efervescencia. Pero para eso se necesita algo más que buenas palabras, conmovedores recuerdos familiares y planes exóticos. Se necesita una política sólida, coherente. Pero se necesita sobre todo un potencial militar y económico que España no tiene. El ejército español está sobreextendido en las numerosas acciones donde se halla envuelto mundo adelante y de nuestra economía, ¿qué voy a decirles? Con el dato de un paro juvenil del 43 por ciento -próximo al de los países que queremos ayudar- está dicho todo.

En fin, otra manobra de distracción para hacer que hace y no se hable del paro, de nuestra falta de crecimiento y de la inflación que vuelve a mordernos el bolsillo. Por cierto, ¿cuándo se acerca Zapatero a Cuba y Venezuela a cantar las excelencias de la democracia?


ABC - Opinión

0 comentarios: