domingo, 28 de noviembre de 2010

Desconfianza y transparencia. Por Germán Yanke

Se diría que el presidente pide protección, pero lo que se le demanda es decisión.

Terminaba la presidencia española de la Unión y Durao Barroso aseguró que «para que haya crecimiento hace falta confianza». Zapatero apostilló entonces que «para que haya confianza hace falta transparencia». Seis meses después, lo que nos sigue haciendo falta es, al parecer, transparencia. Nadie duda de su importancia, pero habría que preguntarse si es suficiente o si puede convertirse en una trampa: como si el problema fuese que no se explica bien cómo estamos y no cómo estamos realmente.

En medio de este barullo, da la impresión de que la versión gubernamental es la del contagio psicológico o la conspiración: «Los mercados» —presentados como oscuros gabinetes en lugares lejanos— se equivocan comparándonos con Grecia, o con Irlanda, o con quién sea o, sencillamente, difunden la especie para conseguir, a nuestra costa, un beneficio poco razonable. Sin embargo, ¿puede extrañarnos que un analista en Francfort o en Wall Street sea tan desconfiado como los propios españoles? Porque, según el CIS, el 34,1% de los españoles piensan que la economía estará peor en el plazo de un año.

La desconfianza está justificada y, en el último debate sobre el desempleo, ni el presidente se mostró optimista. La famosa transparencia es, sin duda, una necesidad, pero no se demanda sólo sobre las cuentas. Cuando Almunia pide al Gobierno español que «despeje las dudas» no se refiere a los datos, sino a las reformas que los datos exigen. Si la Comisión desconfía del Gobierno desde las idas y venidas con la reforma de las pensiones y tras tener que obligarle al ajuste del mes de mayo, si los inversores desconfían y encarecen el precio de nuestra impresionante deuda, es porque piensan que sin ampliar y profundizar las reformas, las cosas irán a peor. Que es lo que, por otra parte, opinan los españoles. Se diría que el presidente pide protección, pero lo que se le demanda es decisión. Dolorosa seguramente, pero imprescindible.


ABC - Opinión

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