miércoles, 6 de octubre de 2010

Palabra de etarra, palabra de Chávez, pedrada contra ZP. Por Antonio Casado

La credibilidad que algunos conceden a este par de criminales, Xavier Aristrain ('El golfo') y Juan Carlos Besance ('El fenómeno'), crece en razón directamente proporcional a las posibilidades de convertir su deposición judicial en pedrada política contra el gobierno de España. Para perpetrar la secuencia ha hecho falta confrontar su testimonio, el de los terroristas, con el del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Ni color. Por supuesto, vale más la palabra de Aristrain y Besance, miembros del llamado comando Imanol.

Nunca hubiera imaginado que la derecha furiosa quedaría entre Málaga y Malagón a la hora de decidir quién es más fiable. Entre un par de terroristas de ETA y el napoleoncito venezolano, la verdad está con los terroristas. Nunca mienten. Y si se trata de mortificar a Zapatero se sumarán a quienes hacen guardia para celebrarlo. Extraños compañeros de viaje unidos por las puntas. Quién nos iba a decir que estos enemigos jurados de ETA, en nombre de la dignidad nacional y el respeto a la memoria de los 800 victimas mortales de la banda terrorista, iban a convertir a estos dos etarras en acreditados pregoneros de la verdad. En eso coinciden con el embajador venezolano, Isaías Rodríguez, que ayer también asumía la insoportable, recurrente y reglamentada alusión de los etarras a la tortura policial.


«El ministro dice que es muy probable ese adiestramiento de etarras en la selva venezolana, aunque no cree en la complicidad del Gobierno venezolano».

Todo esto forma parte del culebrón político y mediático desatado al saber que los susodichos criminales informaron con todo detalle al juez Ismael Moreno de su paso por la selva venezolana en 2008 para adiestrarse en el manejo de armas y explosivos. No digo que sea mentira. Es bastante verosímil y encaja en los antecedentes, desde que el ordenador de Raúl Reyes, guerrillero colombiano muerto en marzo de 2008, nos puso en la pista de la colaboración entre las FARC colombianas y ETA, consentida, si no patrocinada, por el propio Gobierno de Chávez mediante la conexión Cubillas.

Juicios de valor

Naturalmente, debe ser máximo el nivel de exigencia al Gobierno Zapatero para impedir por todos los medios legales, diplomáticos, policiales y judiciales, que ETA encuentre en Venezuela un lugar donde los terroristas se encuentren cómodos. Pero lo que me parece intolerable es que el principal partido de la oposición y el brazo mediático de la derecha sin complejos estuvieran ayer haciendo juicios de valor, procesando las intenciones del Gobierno y pidiendo comparecencias parlamentarias sin escuchar a nadie, excepto a los etarras y a sus anfitriones venezolanos, que decían cosas contrapuestas pero igualmente útiles para arremeter contra Zapatero y Moratinos.

De eso se trata, o así me lo parece. De mantener el cerco a un presidente en tiempo añadido, según doctrina del PP, y no de mantener alta la guardia contra ETA esté donde esté, que es la tarea de política antiterrorista confirmada ayer tarde por Rubalcaba. El ministro dice que es muy probable ese adiestramiento de etarras en la selva venezolana, aunque no cree en la complicidad del Gobierno venezolano. Al contrario, afirma que Chávez está colaborando en nuestra lucha antiterrorista, al menos desde que el juez Eloy Velasco, en marzo de este año, plasmó en un auto judicial la colaboración de ETA y las FARC apadrinada por el gobierno de Caracas. Pero me temo que la palabra de Rubalcaba tampoco va a servir de nada frente al preclaro testimonio de dos criminales de ETA.


El confidencial - Opinión

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