viernes, 27 de noviembre de 2009

Culpables y responsables de lo que está pasando en Cataluña y el resto de España. Por Federico Jiménez Losantos

En 1979, treinta años ya, publiqué en Barcelona Lo que queda de España. Nada ha sucedido después que no me haya dado la razón, salvo una cosa: entonces tenía la esperanza de frenar una deriva que acabaría llevándonos a una dictadura lingüística y política en Cataluña y a la liquidación de las libertades en España. Hoy, esa esperanza no está en absoluto justificada. El régimen constitucional de 1978 está muerto. Muerto en pie, pero cadáver. El problema –moral y material– es que quieren hacerle pagar al difunto su propio entierro. Y los albaceas del fiambre están dispuestos a hacerlo.

Cómo hemos llegado a esta situación lo he analizado en diversos libros, en especial la última versión de Lo que queda de España (Temas de hoy) y La dictadura silenciosa (también Temas de Hoy) que defendió Lara Padre ante el déspota Pujol. Y para los que no creen que haya existido hace sólo tres décadas una Cataluña habitable por todos los españoles y propicia a todas las libertades, escribí La ciudad que fue (también Temas de Hoy). Por supuesto, en los libros de artículos y ensayos he dedicado centenares de piezas al proceso liberticida en Cataluña y fatalmente libertófobo en el resto de España. He escrito tanto que estoy aburrido de acertar.

No voy, pues, a repetirme. Pero cuando caen las caretas, la corrupción se envuelve en la bandera de una patria inventada y la sedicente nación catalana se convierte en el último refugio de los bribones, de Barcelona y de Madrid, debemos constatar una realidad que el populacho ovino se niega a ver: una casta política apestosa ha liquidado el régimen constitucional del 78. Y lo ha hecho sin reforma legal, sin alternativa política, y sin darnos siquiera la posibilidad de votar si lo enterramos. Y como decir "casta" es demasiado genérico, señalaré los que, a mi juicio, son los tres autores principales de este inmenso magnicidio que es el asesinato de España.

Las responsabilidades son muy fáciles de establecer: el máximo culpable es Zapatero; su cómplice necesario, Rajoy. Y el máximo responsable, el Rey.


El blog de Federico

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