domingo, 14 de junio de 2009

VENCER AL MIEDO. Por Alfonso Ussía

Dice el policía denunciante que en una amplia representación de la «Ertzaintza» se viven momentos de esperanza.

La «Ertzaintza» ha retirado los símbolos etarras de veinticuatro municipios vascos a instancias de la Fiscalía. Bien por la Fiscalía y por la «Ertzaintza». Es de esperar que la Fiscalía no se dedique sólo a eso. El pasado viernes, en los Informativos de Antena 3, se emitió la grabación a un «ertzaina» denunciando que, durante el periodo de Gobierno del PNV en la autonomía vasca, la «Ertzaintza» recibió órdenes terminantes y continuadas de no actuar contra la ETA ni su entorno. Una manifestación de esa gravedad e importancia, en cualquier nación normal azotada por el terrorismo, sería hoy portada en todos los periódicos. Pero no.


Y una manifestación de esa gravedad e importancia, en cualquier nación normal, impulsaría a la Fiscalía a actuar de inmediato para averiguar la verdad o falsedad de esa denuncia. Y una manifestación de esa gravedad e importancia movería a una sociedad normal a emprender todo tipo de acciones judiciales contra el ex consejero de Interior del anterior Gobierno vasco y su ex presidente. Una manifestación de esa gravedad e importancia exige la inmediata presentación de una querella criminal por parte de las Asociaciones de Víctimas del Terrorismo, y personalizada de las familias de todas y cada una de las víctimas de los criminales etarras. Porque «los mandos», de la «Ertzaintza», por muy vinculados que se sientan algunos con el nacionalismo vencido, jamás se hubieran atrevido a adoptar una medida tan miserable, prevaricadora y humillante para el prestigio y la profesionalidad de los miembros de la «Ertzaintza». Esos mandos son los políticos, y ya es hora, ya ha llegado la hora, es el momento y la sociedad no puede permitir que el momento pase, de pedir responsabilidades a quienes ordenaron a la Policía autonómica vasca no actuar contra la ETA. Y también ha llegado la hora de expulsar de la «Ertzaintza» a todos los mandos y policías que visten su uniforme desde el comisariado político y no con la honestidad profesional que se requiere a sus miembros. Dice el policía denunciante que en una amplia representación de la «Ertzaintza» se viven momentos de esperanza, y que están deseando trabajar, investigar y llevar a cabo detenciones de terroristas. En cinco años, sólo una, y porque el etarra se entregó. Ante la posibilidad de que sea cierta tamaña desvergüenza, tamaña manipulación, tamaño abuso del poder, tamaña complicidad de un Gobierno con el terrorismo y su entorno, tienen que ser los ciudadanos, y no los periodistas, los ciudadanos y no los fiscales, los que se personen ante la Justicia para exigir que se abra el camino hacia la verdad. Y si la verdad responde a la denuncia del «ertzaina», nos hallaríamos ante gravísimos delitos cometidos por gobernantes, y esto no son dos trajes, ni una comisión por la recalificación de unos terrenos, ni colocar a la niña en una empresa subvencionada. Esto es un atentado contra todos los españoles, que llevan más de treinta años sufriendo el terrorismo vasco de la ETA, enterrando a sus seres queridos, llorando sus ausencias o sus heridas, y si la Fiscalía no actúa, seremos los españoles los que lo hagamos. Por mi parte, yo anuncio la presentación inmediata, a título personal, de una denuncia contra el ex «Lehendakari» Ibarreche y el ex consejero del Interior, Balza, como máximos responsables de la presumible e incalificable inacción de la «Ertzaintza» contra el terrorismo y su entorno. Y el que quiera sumarse, bienvenido sea.

La Razón - Opinión

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