En todo lo demás, ETA demuestra que es monolítica e irrecuperable para cualquier nuevo intento de final dialogado de la violencia. Su retórica rancia y cansina sobre el conflicto evidencia su debilidad operativa, que reconocen los entrevistados cuando aceptan que ETA «no ha mostrado una línea lo suficientemente fuerte como para hacer daño al enemigo». Por eso proponen una nueva mutación falsaria que es un canto de sirena en el que no faltan insinuaciones al final pactado de la violencia. En definitiva, paz por autodeterminación, estrategia que fracasará si el Gobierno no le concede la más mínima oportunidad. En la entrevista del diario «Gara», también ETA acusa recibo de la eficacia de la lucha antiterrorista y del nuevo tiempo que se abre en el País Vasco. Por eso, resulta decepcionante que, gracias al Tribunal Constitucional, la izquierda proetarra tenga plataforma para las próximas europeas en la candidatura de Iniciativa Internacionalista. Los etarras entrevistados no dejan de valorar la importancia de «los agentes internacionales». La internacionalización del conflicto con el Estado es una de sus principales aspiraciones. Y por eso, la candidatura de I.I. -que ayer mismo volvió a monopolizar Arnaldo Otegi- es una fisura grave en un frente policial, judicial y político que estaba estrechándose en torno a los terroristas.
ABC - Opinión
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