martes, 17 de marzo de 2009

El Nobel Paul Krugman alecciona a Zapatero

En la pasada legislatura, Zapatero se hizo notar ante la opinión pública por muchas razones. Una de ellas era su afición a acuñar expresiones que, por méritos propios, ya han quedado impresas en los anales de la política española. Por ejemplo, aquello de que «la cintura es la esencia de la democracia». Sin embargo, singular acogida tuvo en su momento su autodefinición como un «optimista antropológico» ante los problemas. Ayer volvió a mostrarse como tal, pero lo hizo en presencia de Paul Krugman, premio Nobel de Economía (ambos en la imagen), quien sostuvo que la perspectiva económica española es «muy dolorosa» dentro de un panorama mundial «aterrador»; que son imprescindibles medidas «drásticas» que aún no se han adoptado porque los parches convencionales no sirven de nada, y que si la coyuntura es hoy «especialmente difícil» en España, en los próximos años lo será «aún más». Krugman, que pronosticó «mucho dolor» durante el largo proceso de recuperación para España porque es un país con condiciones menos atractivas que en el pasado, chocó frontalmente con el discurso de Zapatero, quien a su vez se remitió a las generales de la ley de su Gobierno: mucha retórica, muchas medidas, mucha innovación y mucho futuro. Mucho optimismo antropológico, en definitiva, sin asumir que este placebo inocuo es inservible contra la grave infección de la crisis. -Economía

ABC

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