miércoles, 4 de marzo de 2009

Camino. Por Tsevanrabtan

En El País Fernando Savater sigue con su cantilena y manda huevos.

Le parece mal que haya padres que consideren que el principal objetivo de la educación de sus hijos es que éstos "obtengan buenos resultados", porque, claro, ¿qué resultados son esos? No hay que preocuparse, tenemos a Savater para aclararnos cuáles son buenos y cuáles son malos resultados: son malos aquéllos que tienen que ver con el éxito individual y buenos aquéllos que tienen que ver con la "función social de la educación". Naturalmente, aquí ya hay un trasfondo ideológico. Porque el autor ya afirma, sin asomo de discusión, que esa función social consiste en que se eduque "para la convivencia", educando juntos "a los que van a vivir juntos", "sea cual fuere su etnia, su sexo o la religión familiar".


Así dicho es muy bonito. Pero, vaya, le falta una cierta conexión con la realidad y con los añadidos posteriores. Con la realidad, porque al final los niños se educan con los veinte o veinticinco que les toca por suerte. Y en esa lotería, las papeletas están trucadas por el dinero, la posición social o el barrio en el que vives, por ejemplo. No existe un 1º E universal al que vayan todos "para que conozcan cuanto antes los motivos por los que podrían incurrir luego en la tentación nociva de llevarse mal". No, no se reúnen los martes varios millones de niños a darse la paz, y luego conocer esos oscuros motivos - que no hemos debido aprender los que salimos hace mucho de la escuela- que nos harán sabios y benéficos por el resto de nuestros días. Motivos entre los que no está el deseo de poseer esas cosas -propias de ricos y famosos- que tienen los pobres desgraciados que "triunfan" en la vida al haberse descarriado en la tierna infancia, buscando "resultados".

Decía que le falta conexión con ciertos añadidos posteriores. Porque, claro, si se tratase de conocer esos prístinos y filosofales motivos, uno podría llegar a estar de acuerdo. Efectivamente, ser educados juntos, sin más, como "exemplum". Pero no, Savater añade algo más: añade que la escuela puede (junto con los padres) "formar moralmente" a los vástagos de éstos. Sí, Don Fernando no tiene problema (¡ja!) en que "los padres les transmitan los valores que prefieran: pero que no nieguen a la escuela pública el derecho a enseñarles que también hay otras opiniones y otros criterios no menos respetables".

Eso es gracioso. No crean que el asunto es preocupante. Tengo muchas dudas acerca de lo que pueden hacer, tanto los padres como los que diseñan los planes educativos, con la moralidad de los educandos. Y los psicólogos evolutivos no hacen otra cosa que aumentar esas dudas. Pero es cachondo lo que dice, porque esas "otras opiniones respetables" a las que se refiere Savater son opiniones concretas. No se trata de un formalismo vacío. No, se trata de unos contenidos que se relacionan con una determinada manera de entender el mundo. Una manera que, por ejmplo desprecia el énfasis en los "resultados" frente al auténtico éxito: convertirse en Savater.

Todo eso no pasa de un intento más de vender la propia visión de las cosas como la visión correcta. El viejo juego de la religión minoritaria con su moral minoritatia, siempre abierta a la "tolerancia", hasta que se convierte en "mayoritaria" (y si creen que exagero, pregunten a Savater qué pensaría de que se explicase por un "educador" las virtudes del modelo de supremacia racial nazi). Pero hombre, un poco más de sutilidad, sí es exigible.

No me venga con los ejemplos de "padres que venden a la televisión las proezas sexuales de sus hijos de trece años o los noviazgos de sus hijas de catorce con acusados de asesinato" o de la "perspectiva tan lógicamente sesgada por el deseo de venganza y quizá por una secreta sospecha de irresponsabilidad" del padre de la chica asesinada. Porque estamos en 2009 y llevamos ya unas cuántas décadas con un modelo muy concreto y esos ejemplos (según esa pequeña visión del mundo) serían resultado de ese modelo. Porque (y vive Dios que no lo propugno, ya me conocen) si imperase otra moral en la escuela es seguro que no se contarían las proezas sexuales no sólo de niños, sino de nadie, y porque el deseo de venganza no tiene que ver con ninguna otra moral, sino con los códigos grabados en el ADN. No, no creo que esos casos que cita (burricie de las clases populares en estado puro, que vaya tela) tengan que ver con el "resultadismo" o el deseo de segregar a tus hijos. No me jodas, Fernando, no tienen que ver con eso. Y no se van a arreglar enseñando una moral oficial (consista en lo que consista).

Pero eso ya lo sabe. Sólo que es incapaz de renunciar al ejemplo fácil. También está el afectado por el "resultadismo". Y prefiere, antes que llegar a la verdad por el camino difícil, demostrar rápidamente a los lectores del diario global que el mundo está lleno de gañanes con poco juicio que no saben lo que conviene a sus hijos, que es "pensar por sí mismos". Y para que lo consigan ya está él, señalando el correcto camino.

Rumbo a los Mares del Sur

1 comentarios:

Anónimo dijo...

La EpC y Savater son como el Santo Grial y el Rey Pescador. El Rey Herido no quiere perder la esperanza, su juventud (el socialismo). Aprecio la humanidad que desprende su empecinamiento.