viernes, 9 de enero de 2009

Raíces. Por Juan Carlos Girauta

Progresismo

«El pasado domingo hubo manifestaciones en varias ciudades españolas donde se quemaron banderas de David entre ovaciones y gritos de "Israel asesino". Sé que en la de Barcelona hubo pancartas del PSC y otros partidos de izquierda.»

Nuestro Gobierno ayudó activamente a publicitar una película pro eutanasia, todos lo recordarán. Si retrocedemos en la historia de la promoción política de la "buena muerte", hallaremos en la lejanía los mismos rasgos de dulcificación, de recurso a envoltorios artísticos, de introducción de fuertes cargas emocionales a la propaganda. Hace muchos años, un Gobierno impulsó la realización de un film de título Ich Klage an, dirigido por Wolfgang Liebeneiner. Fue en 1941, bajo el poder de Hitler y el control de Joseph Goebbels. Liebeneiner reconoció después que su cinta había intentado (y logrado) crear una atmósfera receptiva a la legalización de la eutanasia.


El ecologismo puede llegar a extremos inquietantes: la equiparación en derechos con el hombre del resto de primates, las acciones violentas del movimiento animalista contra laboratorios o el brutal sectarismo con que se estigmatiza a cualquiera que ponga en cuestión el cambio climático como efecto de la acción humana. "Negacionistas" llaman a quienes osan, nada menos. Pero "negacionismo" es voz que debe reservarse a la negación del Holocausto. Y ya que volvemos a tocar el nazismo, no obviaremos que éste cuenta, como uno de sus grandes conformadores (especialmente en el refuerzo y extensión del antisemitismo), con el viejo movimiento del Volk: "El antisemitismo alemán fue en gran medida un movimiento de retorno al campo", afirma Paul Johnson, y también: "Los primeros movimientos juveniles, y sobre todo Wandervögel, que implicaba tocar la guitarra y recorrer a pie las campiñas, cobraron una coloración antisemita".

El pasado domingo hubo manifestaciones en varias ciudades españolas donde se quemaron banderas de David entre ovaciones y gritos de "Israel asesino". Sé que en la de Barcelona hubo pancartas del PSC y otros partidos de izquierda. Puntualizo que no se atacaba a un Gobierno: se acusaba a "Israel" y se quemaba su bandera. No es necesario rastrear el origen de esto, ¿verdad? Tampoco el del tratamiento de los judíos en las viñetas de prensa. Inquietantes raíces tienen los progres.

Libertad Digital - Opinión

1 comentarios:

Anónimo dijo...

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TÍTULO: CODICIA, REGULACIÓN O CAPITALISMO
AUTOR. Claudio Katz
RESUMEN: La intensidad de la crisis contrasta con la parquedad de las explicaciones neoliberales que objetan la codicia, ocultando su conexión con la competencia capitalista. El colapso bancario no obedece a desaciertos de política monetaria o a vaivenes de la confianza empresaria y los delitos financieros ilustran la permisiva
frontera que separa a las actividades toleradas de las ilegales.
Las regulaciones no han sido escasas, pero favorecieron a los banqueros. Los keynesianos idealizan esas supervisiones, diluyen su función protectora del capital y reivindican una modalidad de intervencionismo que socorre a los financistas.
La crisis no se disipará con iniciativas de coordinación global, puesto que reformar el sistema monetario requiere un desenlace de las relaciones de fuerza entre las
potencias. Los keynesianos han abandonado las fantasías de un rol más benevolente del FMI y aprueban su relanzamiento como administrador de los fondos que fluyen hacia
las economías desarrolladas.
La visión marxista atribuye la crisis a desequilibrios intrínsecos del capitalismo.
Un proceso de sobre-acumulación de fondos excedentes potenció el riesgo, mundializó la vulnerabilidad y socavó las finanzas familiares. Pero la hegemonía lograda por los
banqueros ha quedado cuestionada por la furibunda depuración de capitales en curso.
La sobreproducción subyacente se ha trasladado de las viviendas a la industria automotriz. El socorro oficial está condicionado a la implementación de una agresión
contra los trabajadores, que se extendería a toda la industria norteamericana. El sobrante
de mercancías se ha globalizado con la fabricación asiática y ya presenta efectos deflacionarios.
La crisis fue detonada también por un encarecimiento de las materias primas, amplificado por la especulación y la depredación del medio ambiente. El neoliberalismo
acentuó la fractura entre los elevados consumos de las metrópolis y las reducidas compras de la periferia. La oleada de inversiones en Oriente confirmó que los beneficios se nutren de la explotación directa de los asalariados y favoreció una recomposición de la tasa de ganancia, que ahora se ha desplomado. Estas contradicciones complementan el desequilibrio rector de la sobreproducción.
El desplome bancario es un resultado específico de las transformaciones regresivas recientes. No obedece al arrastre de crisis precedentes. Han aflorado límites del capitalismo, que no se clarifican contraponiendo el florecimiento con la declinación
de ese sistema. Lo esencial son las conquistas populares y la acción política por erradicar un régimen social opresor.
La hipótesis de una recesión corta contrasta con los síntomas de una deflación prolongada. A pesar de las grandes diferencias, el fantasma del 30 revolotea. La
recreación del New Deal choca con la internacionalización de la economía y el escaso impacto del gasto militar sobre la creación de empleo.
Es erróneo asegurar que el capitalismo remontará la crisis. Acontecimientos imprevistos pueden quebrar esa recomposición. Luego del aturdimiento provocado por
el colapso financiero comienzan a emerger los primeros síntomas de la resistencia popular. Un proyecto socialista puede madurar en esa turbulencia.

Completo:
http://www.rebelion.org/
noticia.php?id=78460&titular
=codicia-regulaci%F3n-o
-capitalismo-