
No sé lo que se gastaron en buscar para comprar un busto de Franco o si lo alquilaron. Quizás tuvieran un artista local que, con un molde añejo, creara el rostro al que abofetear en esta gran actuación de los insurgentes. Sé tan poco de ese gasto presupuestario de escultura, traslado y convocatoria al acto antifascista como del destino del millón y medio de euros que el ayuntamiento de San Boix había destinado hace dos años a remodelar su polideportivo. Allí murieron el pasado fin de semana cuatro niños. ¿Dónde rayos quedaron los euros de aquel presupuesto? ¿Lo va a explicar de una puñetera vez alguien? ¿Por qué esta partida destinada a evitar un riesgo manifiesto fue a parar a otra parte? ¿Cuántas exposiciones contra el Franco difunto y la miserable lengua española ha organizado la Diputación de Barcelona? ¿Habrían podido las instituciones catalanas financiar con el tuneado del coche del jardinero presidente del Parlamento Catalán, Benach, unas vigas sólidas para este polideportivo? Ya sé que soy un puñetero demagogo. Sean héroes. Abofetéenme como al busto.
ABC - Opinión
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