domingo, 7 de septiembre de 2008

El silencio de los corderos

Un año de palabras silenciosas. Los jefes sindicales siguen sin levantar la voz. La crisis ha golpeado con fuerza desde el verano de 2007 a la economía española. La destrucción de empleo, que comenzó en octubre de 2007, se ha acelerado con el paso de los meses y las reacciones han tardado en llegar. Gobierno, patronal y sindicatos colaboran desde esta semana "en lo máximo posible para que la crisis económica pueda superarse cuanto antes". Es la máxima de la 'Declaración para el impulso de la economía, el empleo, la competitividad y el progreso social' presentada el pasado mes de julio, que ha comenzado a funcionar esta semana con la puesta en marcha de una mesa de trabajo.

Una declación de buenos principios representantes de los agentes sociales (empresarios y sindicatos) junto al Gobierno. Pero la crisis económica, que empieza a reeditar los episodios de 1992 y 1993, ya se ha instalado en una base amplia de la población después que en España la tasa de paro esté creciendo de forma acelerada. Los sindicatos mayoritarios CC.OO. y UGT hancelebrado en numerosas ocasiones la decisión de Zapatero de asumir latarea de acometer la recuperación de la economía en colaboración con los agentes sociales, aunque también tendrán exigencias para el Ejecutivo. La voluntad sindical con los responsables del Gobierno es buena, pero el aumento del paro en los últimos meses podría aumentar la presión por parte de las bases para pasar a una posición más beligerante y menos condescendiente.

Así, el secretario general de CC.OO., José María Fidalgo, reclama desde hace tiempo responsabilidad al resto de administraciones públicas ante la crisis económica en la que se encuentra inmerso el país,mientras que el secretario general de UGT, Cándido Méndez, pide que eldesarrollo de un nuevo modelo productivo para la economía española seconvierta en uno de los pilares del diálogo social. Desde la patronal de empresarios CEOE siempre han mostrado su satisfacción ante la firma del documento conjunto, aunque exigen al Gobierno y al resto de grupospolíticos medidas en materia de vivienda, energía e infraestructuras y,especialmente, en materia de financiación de las empresas en el marcodel diálogo social.

Según el barómetro del CIS, el empleo y la economía encabezan las preocupaciones de los españoles desde el mes de febrero. Toda una carta de intenciones de qué pasa por la cabeza del ciudadano. Ni las controversias políticias en torno al Ministerio de la Igualdad de Bibiana Aído, la nueva ley del aborto o el reciente frente judicial abierto por Baltasar Garzón han logrado desvíar la atención de un problema, el económico, que amenaza el bolsillo de todos los españoles. El propio CIS apunta además desde hace tiempo que los temas fuera de la órbita del ámbito económico han caído en picado en la atención ciudadana como muestra el terrorismo o los nacionalismos y la estructura del Estado.

Las últimas grandes huelgas: 1988, 1992, 1994, 2002

La posición de los sindicatos mayoritarios, de Méndez y Fidalgo, ha sido tenue frente a la evolución de la crisis tras arrancar repetidamente compromisos por parte de Moncloa para reforzar las prestaciones sociales y protegerlas frente al deterioro económica. Sin embargo, tras el cobro temporal de subsidios y el difícil reingreso en el mercado laboral -especialmente en sectores como el de la construcción- el clima de malestar crecerá en los próximos meses. Algunos expertos vienen advirtiendo desde hace meses de los nuevos componentes sociolaborales de la crisis. Pero los antecedentes de la última gran crisis económica sucedida en España amenazan con cambiar las relaciones cordiales que hasta ahora han mantenido tanto Cándido Méndez como José María Fidalgo con el Gabinete de Zapatero.

En junio de 1992 y enero de 1994, la primera con Carlos Solchaga como ministro de Economía y la segunda con Pedro Solbes como titular ministerial, UGT y CCOO se dieron la mano en las dos mayores huelgas españolas de los últimos quince años, motivadas por la profunda crisis económica que obligó a España a devaluar repetidas veces el valor de la peseta frente a otras monedas internacionales. Mendez y Fidalgo fueron por última vez de la mano contra el Gobierno en junio de 2002 cuando el Gobierno de José María Aznar ejecutó la reforma laboral sin consultarles. Ésta última es la única de las movilizaciones ciudadanas que no ha estado precedida de un shock económica.

En 1988, al huelga que entonces lideraba el histórico Nicolás Redondo por UGT se produjo tras el tormentoso crash bursátil del año anterior, con acompañamiento de escalada en los tipos de interés, paro masivo y escalada de los índices de inflación. Hoy, en apenas unos meses se ha esfumado un crecimiento económico próximo al 4%. La tasa de paro ha pasado de poco más del 8% al 10% y la inflación galopa mirando el 5%. La ola de despidos que se ha vivido en los últimos meses y que amenaza con continuar en el corto plazo podría desembocar en otra huelga.

Cotizalia