sábado, 20 de septiembre de 2008

Ikea vive en pecado (étnico)

Los ingenuos creen que con la salida de ERC del gobierno regional catalán la persecución lingüística se ha suavizado. Los ingenuos y los tontos útiles, que frecuentan algún que otro partido de ámbito supuestamente nacional.

En Cataluña funcionan, auspiciados por el gobierno regional y debidamente engrasados con dinero de todos los contribuyentes, numerosos organismos dedicados a la caza de brujas, todos ellos disfrazados de “sociedad civil”, según acepción de políticos y periodistas nacional progresistas.

Uno de los más conspicuos cazadores de brujas se llama Plataforma per la Llengua, que significa lo que parece pero está destinado a cosas bien distintas, básicamente la delación, el señalamiento étnico y la persecución lingüística. La macartista Plataforma per la Llengua se ha encargado, por ejemplo, de impartir clases de acoso lingüístico pagadas con dinero público, o ha practicado el señalamiento, al más puro estilo años 30, con otra empresa, Miguel Torres, incitando al boicot de sus productos.

En su actividad incesante en pos de la pureza étnico-lingüística, la susodicha plataforma denuncia ahora a la empresa Ikea, una multinacional que considera que la lengua que se habla en España es el español:
"Ikea se niega a repartir gratuitamente en los hogares catalanes su catálogo en catalán y sólo lo hará en la versión castellana. Tras 9 años incumpliendo la Ley de política lingüística, la multinacional del mueble y la decoración Ikea seguirá un año más sin repartir el catálogo en catalán. Como cada año, la versión que Ikea distribuye cada mes de septiembre en los hogares catalanes continuará siendo exclusivamente la castellana." (Plataforma per la Llengua)
Presionada por la Generalidad catalana, la empresa ha entrado en la enloquecida espiral a la que son sometidos los comerciantes e industriales en Cataluña y ha tenido que crear un Servei Lingüístic para implantar el catalán en sus centros comerciales.

Lo que tenga que ver un fabricante de muebles con la lingüística es asunto que no importa a unos poderes públicos obsesionados por controlar, intervenir, recortar las libertades individuales y diseñar una sociedad falsa, que nada tiene que ver con la real porque resulta del todo inexistente.

Bye, bye, Spain

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