
El caso es que España se paralizará hoy por ese milagro vertebrador que es el fútbol. Los partidos nacionalistas vasco, catalán y gallego braman sordamente. El entusiasmo por España en aquellas regiones se cuenta en las audiencias de televisión. Con cifras contrastables y rotundas. Vascos, catalanes y gallegos están incluso más enardecidos que murcianos y alicantinos. Todos con España, todos con la patria común.
El fútbol es sólo un deporte y no se pueden extraer conclusiones espúreas. Pero está claro que treinta años de sectarismo político no han conseguido extirpar del pueblo vasco o del catalán el sentimiento de España. Se vio con claridad en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Y después en numerosas manifestaciones deportivas.
Más vale así. Más vale que acontecimientos como la Eurocopa, las victorias de Nadal en Roland Garros o los próximos Juegos Olímpicos contribuyan a vertebrar esta España que unos políticos voraces y trasnochados quieren fragilizar y quebrar para mandar ellos un poco más y vivir mejor a costa de multiplicar los impuestos sobre un pueblo cada vez más harto de la sinvergonzonería a la que están sometidos. Suerte para la selección española, hoy en Viena. Que Zapatero no gafe la victoria.
El Imparcial - 29/06/2008
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