
El problema del PP, en todo caso, no es ideológico sino de personas. Conviene no confundirse. Son muchos los dirigentes del partido, los afiliados, los simpatizantes, que piensan que Mariano Rajoy cosechará su tercera derrota en 2012. Esto no se puede afirmar de forma absoluta porque la opinión es cambiante y una situación económica que deteriore el bolsillo de los ciudadanos puede hacer oscilar el voto variable y dar la victoria, incluso a Rajoy. Lo que está claro es que el PP tiene más probabilidades de ganar con otro peso pesado del partido o con un nombre nuevo que con el desgastado líder actual.
Rajoy es ya un cadáver político que está de cuerpo presente. Todavía no lo han enterrado. Soraya cree que resucitará y lo aroma de incienso y perfumes orientales. Algún dirigente díscolo que se ha acercado al féretro está a la espera de la derrota marianita en las europeas, en las vascas, en las catalanas, en las gallegas, para acuchillar definitivamente al líder acosado al que ahora defiende con la boca chica.
El Imparcial - Opinión - 01/06/2008
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