martes, 22 de abril de 2008

El secuestro del atunero español. Otro proceso de paz.

El Gobierno apuesta por una salida negociada al secuestro del pesquero.

Libertad Digital: El Gobierno asegura que no hay ningún herido entre la tripulación del pesquero secuestrado

El Mundo: El Gobierno opta por la diplomacia en el secuestro del atunero en aguas somalíes

El País: El Gobierno busca una salida negociada al secuestro del 'Playa de Bakio'

La Razón: El atunero «Playa de Bakio» ya está fondeado frente a la costa de Somalia

ABC: Los secuestradores del atunero español, fondeado frente a las costas somalíes, serían una decena

Plutarco relata la aventura de Julio César con los piratas cilicios:

I. ...cuando regresaba (de Rodas) fue apresado junto a la isla Farmacusa por los piratas, que ya entonces infestaban el mar con grandes escuadras e inmenso número de buques.

II. Lo primero que en este incidente hubo de notable fue que, pidiéndole los piratas veinte talentos por su rescate, se echó a reír, como que no sabían quién era el cautivo, y voluntariamente se obligó a darles cincuenta. Después, habiendo enviado a todos los demás de su comitiva, unos a una parte y otros a otra, para recoger el dinero, llegó a quedarse entre unos pérfidos piratas de Cilicia con un solo amigo y dos criados, y, sin embargo, les trataba con tal desdén, que cuando se iba a recoger les mandaba a decir que no hicieran ruido. Treinta y ocho días fueron los que estuvo más bien guardado que preso por ellos, en los cuales se entretuvo y ejercitó con la mayor serenidad, y, dedicado a componer algunos discursos, teníalos por oyentes, tratándolos de ignorantes y bárbaros cuando no aplaudían, y muchas veces les amenazó, entre burlas y veras, con que los había de colgar, de lo que se reían, teniendo a sencillez y muchachada aquella franqueza. Luego que de Mileto le trajeron el rescate y por su entrega fue puesto en libertad, equipó al punto algunas embarcaciones en el puerto de los Milesios, se dirigió contra los piratas, los sorprendió anclados todavía en la isla y se apoderó de la mayor parte de ellos. El dinero que les aprehendió lo declaró legítima presa, y, poniendo las personas en prisión en Pérgamo, se fue en busca de Junio, que era quien mandaba en el Asia, porque a éste le competía castigar a los apresados; pero como Junio pusiese la vista en el caudal, que no era poco, y respecto de los cautivos le dijese que ya vería cuando estuviese de vagar, no haciendo cuenta de él se restituyó a Pérgamo, y reuniendo en un punto todos aquellos bandidos los mandó crucificar, como muchas veces en chanza se lo había prometido en la isla.

El Bolg de Santiago González

0 comentarios: