domingo, 17 de febrero de 2008

¿No estábamos en crisis?

La venta de champaña se dispara en España.
El 'boom' gastronómico y de tiendas selectas impulsa el consumo.

Los españoles han descubierto el champaña. Las ventas de esta bebida han protagonizado una escalada fenomenal desde hace tres años al calor de la bonanza económica -y el deseo de exhibirlo-, el boom gastronómico y la proliferación de las tiendas de productos selectos. Aunque su peso en el mercado español aún es testimonial frente al cava, las cifras son rotundas: en 2005 se vendieron 2,8 millones de botellas, un 23,6% más, y en 2006, 3,6 millones, con un aumento del 26,7%. El balance de 2007 aún no se ha cerrado, pero hasta octubre se comercializaron tres millones de botellas, un 17,8% más que el mismo periodo del año anterior, según el Comité Interprofesional del Vino de Champagne. La marca más vendida es, con diferencia, Moët & Chandon.

"El champaña no se ha disparado por el boicoteo al cava, sino porque las ventas estaban muy bajas. Desde 2001 se ha doblado el consumo, y España se ha colocado como noveno mercado", explica Núria Gené, directora del Centro de Información del Champagne en España. De hecho, el mejor mercado español del champán no es otro que Cataluña, que concentra el 33% de las ventas, precisamente por su hábito de consumo de espumosos. Aun así, la euforia del champán coincidió con una época dura el cava, 2005.

A Cataluña le sigue Madrid como mercado, con el 30%, por el mayor volumen de obsequios de grandes empresas y, en general, por "efecto de show of wealth", o alarde de riqueza, que afecta a toda España.

Con todo, en España, la proporción entre cava y champaña es abismal: 3,6 millones de botellas de champán por 101 millones de cava en 2006, pero las ventas francesas generan mucho más margen en términos relativos, porque el espumoso galo es más caro. Los 2,8 millones de botellas vendidas en 2005 supusieron un negocio de 46,2 millones de euros.

El País

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