sábado, 19 de enero de 2008

Llamazares pide un ministerio

Éramos pocos y parió la abuela. Pues resulta que ahora se destapa el comunista Llamazares y dice, con la boca pequeña, que quiere ser ministro. De exteriores, supongo. Para así contentar a su padrino ideológico que no es otro que el tirano Castro, un personaje de lo más siniestro y dispuesto a torturar a conciencia a sus presos políticos antes de palmarla. O de Interior, que también cabe suponerlo, puesto que nada más competente que un comunista a la hora de reprimir cualquier protesta… de los demócratas, claro. Unas cuantas checas aquí y allá y asunto resuelto. Y si falta espacio para tanto detenido como es de prever, porque los estalinistas radicales como el camarada Gaspar no se andan con paños calientes, siempre cabrá la opción de que a los de derechas nos alojen en los mismos barcos aljibe que usará ZP para enviarle el agua de Almería a los nazis catalanes. Sin vaciar las bodegas previamente, por supuesto.

Aquí, en Batiburrillo, hasta ahora nos habíamos ocupado esencialmente del mayor de los problemas políticos que asola España: ZP y sus tejemanejes del “todo vale”, sistema de gobierno (¿?) que consiste en dividir el terreno de juego en dos sectores irregulares y luego decantarse claramente a favor de los ocupantes de uno de ellos, acusando de integristas a los habitantes del otro sector. Eso sí, no se olvide que la izquierda retrógrada y falsaria liderada por el bobitranco Rodríguez —características mucho más condenables que el supuesto integrismo de la derecha— favorece a los suyos con el dinero de todos, circunstancia que determina otra de sus “cualidades” más distinguidas, la iniquidad.

Pero lo que no hay que dejar de lado es un hecho clave: Para la aprobación de una política tan arbitraria como la del gobierno socialista, en minoría parlamentaria, ha sido preciso que sus responsables hayan contado con cooperadores o cómplices necesarios en el Parlamento, que es donde se han perpetrado los mayores atropellos de esta legislatura que finaliza. Me refiero a los Tardà de ERC, por ejemplo, y a los Llamazares de Izquierda (H)undida, gente que ha recibido numerosísimas compensaciones por esa labor de alguacilillos mugrientos, de postura distraída y mirada fija hacia el fondo del hemiciclo, como objeción más destacada ante tanto abuso. Gente que no hubiese sido nadie por si misma —sobre todo en el caso de ERC, dado el irrisorio número de seguidores que les votan—, sin el respaldo de quien acepta apoyos parlamentarios “como sea” y que ha venido a determinar un nuevo hecho vergonzoso: que estos mugrientos políticos anden ahora sacando pecho y pidiendo cargos a dos o tres meses vista. Y lo que es más, que vistas las niveladas encuestas no carezcan de opciones para conseguirlos.

Pues no está nada mal, ¡no señor! Por mí como si nombran ministro de Agricultura a Llamazares, para que el pueblo advierta de una vez —la rabiosa ineptitud del comunismo jamás les abandonará, como el desodorante—, y a poder ser sus peripatéticos votantes, que este tipo no vale un pimiento y en menos de seis meses podría dejar como un erial todos nuestros campos. Del comunismo al hambre sólo hay un paso, donde sea, en cualquier país. Y hablando de pasos, de paso que le den el Ministerio de Educación al separatista Tardà, que de ese modo tendrá las manos libres para llevar la inmersión lingüística en catalán hasta el último rincón de España, lo que a su vez determinará el apoyo de CiU, coalición convertida en un grupo de montaraces. No, no es ninguna exageración, estoy convencido que ZP aceptaría cualquier cosa así con tal de seguir mandando. Por si acaso, los antidemócratas comienzan a escribir su carta a los Reyes Magos, republicanos, quién lo duda. ¡Porca miseria!

¡Ah!, y que no se olvide que cuando esta gente de la izquierda sarmentosa no lo ve claro a la hora de mantenerse en el poder, como sucedió en el Pacto del Tinell y como también sucede ahora, no les importa en absoluto recurrir al frentepopulismo más antidemocrático, valga la redundancia. De hecho, Sevilla nos ofrece un nuevo ejemplo clarificador. Así que yo comienzo a verlo con cierta nitidez, la única opción de quitarnos de en medio a tanto comensal con dinero ajeno es que el PP obtenga una victoria en las urnas.

Batiburrillo - Red Liberal

0 comentarios: