jueves, 13 de diciembre de 2007

Cuestión de confianza


Vídeo en el interior

Unión Progreso y Democracia (UPyD) denuncia el boicot mediático y financiero y anuncia que se financiará mediante préstamos personales de sus afiliados y simpatizantes

En el salón de uno de los hoteles de abolengo de Madrid, nos encontramos con que la rueda de prensa para explicar la situación financiera de UPyD y las soluciones propuestas registra lleno hasta la bandera. Ha acudido una multitud de medios a la exposición que hacen Rosa Díez, Fernando Sabater y Mikel Buesa al respecto. Y viendo tanto portátil, cámara y blocs de notas uno casi teme estar ante una Última Cena pero al revés. Es decir, Jesucristo debía temer a uno de doce. En la sala seguramente hay presentes representantes de medios que luego no dirán ni mú y otros que tergiversarán de forma brutal el mensaje lanzado. Y tal vez sea de temer que sólo uno de cada varios registre esta rueda de prensa sin torcer lo dicho.

También, al revés que en la Última Cena, en vez de entregarse con resignación al verdugo, los asistentes lanzaron una propuesta y un lema. Como manifestó Rosa Díez, tras acercarse a diversos bancos, de entre los más importantes de España, en busca de créditos y financiación, UPyD no ha cosechado más que negativas: en unos casos abiertas y en otros peticiones de avales tan desaforadas que equivalen a un no solapado.

Como es obvio, existe un trato de desigualdad respecto a otros partidos políticos, que consiguen financiación incluso demasiado generosa y que nosotros no queremos. Y decimos demasiado generosa porque, a día de hoy, existe una deuda condonada a partidos en el poder que en el caso del PSOE + PSC supera más de 40 millones de euros. Caixa Galicia perdonó, por poner otro ejemplo, 3 millones de euros al PP.

Así que la relación entre bancos y partidos va más allá de la de financieros y clientes, y hemos de entender que para los bancos, el préstamo y deuda de partidos es una inversión. Si a eso unimos que UPyD sufre un apagón mediático, sobre todo televisivo, hay que colegir que hay un intento de acallar nuestra voz.

Este tratamiento financiero y mediático contraviene los derechos del conjunto de los ciudadanos, aunque sea ahora UPyD el que los sufre en concreto. Pero la rueda de prensa no se convocó para quejarnos, como recalcó Rosa Díez. UPyD no está dispuesta a que el orden establecido y los banqueros de turno decidan qué mensajes políticos han de llegar al ciudadano. Los poderosos no deben imponer qué política debe votar la ciudadanía.

UPyD no va a pedir más créditos. Va a recurrir a los ciudadanos y a poner en marcha un sistema de financiación basado en préstamos personales. Esos préstamos son bonos: documentos reintegrables y adquiribles de forma presencial o por Internet, por valor de 250, 500 y 1000 euros. La primera emisión será por valor de 3 millones de euros, ampliables a 5. Cualquier ciudadano podrá adquirir estos bonos y, cuando la situación financiera del partido lo permita, se reintegrarán dichos préstamos.

Esto es una Cuestión de Confianza. Que los ciudadanos crean no sólo en el futuro de este partido, sino en la necesaria defensa y regeneración de la democracia, que pasa también por que se oigan otras voces en las instituciones, distintas de los partidos de siempre.

Tras Rosa Díez, apelando a su condición de profesor, se explayó en cómo esto es un ejemplo de que la teoría sobre la democracia puede convertirse en papel mojado, en visión optimista de las situaciones.

Aludió también con humor a cómo, en mitad del apagón mediático, resuena sin embargo nuestra voz en boca de representantes de otros partidos políticos. Las ideas propuestas en el manifiesto de UPyD las vemos ahora asomar en los programas electorales de partidos que rechazaban como quiméricas o inoportunas estas mismas propuestas hace no tanto tiempo. No está mal que las ideas lanzadas por UPyD sean recogidas por otros, pero tampoco nos disgustaría que se reconociese que esas ideas proceden de UPyD y no de la inspiración oportuna y divina.

Por último Mikel Buesa cerró el acto aludiendo a su condición de economista y explicando, también con humor, que si esto fuese una clase de economía y la política un mercado, él definiría a este mercado como oligopolio. Y a UPyD como algo que viene a romper esa situación viciada.

El propio estado protege al oligopolio político y, por decreto, hay dinero para los partidos que están dentro, y nada para los que están fuera. UPyD viene a romper ese oligopolio recurriendo a los ciudadanos. El mercado político debe dejar de ser un oligopolio político y dar entrada a otros partidos con propuestas constitucionales. Es una cuestión de confianza en la democracia.


Unión Progreso y Democracia

0 comentarios: