sábado, 1 de septiembre de 2007

La FERE, contra la libertad de expresión


Jiménez Losantos es desde hace mucho el azote mayor de los progres y libertidicas de España. Como lo que dice es casi siempre verdad y lo que ellos dicen casi siempre es mentira, no pueden rebatirle. Entonces, de acuerdo con su carácter, recurren a la presión mafiosa, al chantaje sobre el Episcopado para que silencie su voz, como en otro tiempo consiguieron a través de Polanco y de Mario Conde. Y así ellos, los mayores injuriadores y calumniadores desde la transición, se rasgan las vestiduras: "¡Federico nos insulta! ¡Cómo puede tolerar eso una emisora de los obispos!". Nada enfurece más a los mafiosos que verse tratados sin el debido respeto.Y esos ateos cañís, enemigos jurados de la Iglesia, se permiten aleccionar a los obispos sobre la sana doctrina: "Deben ustedes acallar a Federico, porque no solo es agnóstico, es que Jesucristo se escandalizaría de oírle". Detrás de las protestas y lecciones, la maza, apenas disimulada: si los obispos no entran en razón, el gobierno utilizará el poder y los fondos públicos, el dinero de todos que él cree suyo, para apretar las clavijas a la Iglesia.

Al coro liberticida se ha sumado la FERE-CECA (Federación de Religiosos de la Enseñanza), manifestando a los obispos su "profunda desazón y malestar" por ciertas "palabras ofensivas" proferidas contra ella por Federico con motivo de la Educación contra la Ciudadanía. Pero el problema de fondo no es ninguna palabra ofensiva, sino la actitud acomodaticia de la FERE ante las iniciativas antidemocráticas, separatistas y en el fondo antirreligiosas del gobierno y las autonomías. Cierto que la FERE tiene mucho que defender, ha creado un cierto contrapeso a la enseñanza antirreligiosa oficial, y debe tener en cuenta los chantajes del gobierno, pero es que en gran parte está de acuerdo con él. No se opondrá a dicha educación porque, en apariencia, cree que ella, aunque promovida por un partido anticonstitucional, corrupto y proterrorista, puede ser adaptada a una concepción "correcta" o "cristiana" de la ciudadanía. Sin embargo basta observar cómo la FERE coopera, repito, en la campaña "Silencien a Federico", para entender qué clase de educación ciudadana promueve: empieza por atacar la libertad de expresión, base de la democracia, en lugar de responder con argumentos.

De hecho, la educación contra la ciudadanía existe desde hace muchos años, de forma difusa, en todos los textos escolares que conozco, de geografía, historia o ética, sin excluir los de la Iglesia. También en los con frecuencia pesados y pueriles textos de Religión, cuyas enseñanzas a duras penas difieren de los tópicos progres, y siguen extraídas en gran medida del marxismo patafísico de la Teología de la Liberación, todavía tan presente en la Iglesia española.

He constatado a menudo una gran aversión a Jiménez Losantos en medios católicos, no en todos. En unos, por puro integrismo, en otros por progresismo desatado. Unos y otros con un fondo común: detestan la libertad de expresión, y aun más la claridad expresiva.

Pío Moa
Libertad Digital, 01-09-2007

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