domingo, 15 de julio de 2007

Ciutadans: un congreso al sol

Dos días soleados y envueltos por la brisa húmeda mediterránea acompañaron el 30 de junio y el 1 de julio, pasados, durante los cuales se celebró el II Congreso de Ciutadans en Hospitalet, en las magníficas instalaciones del Hesperia Tower. También este Congreso fueron dos días, sábado y domingo, al sol.

Las tareas, marcadas por la agenda política de un movimiento social y político de resistencia, sencillamente no fueron abordadas en este Congreso: ¿cómo afrontar la próxima convocatoria electoral?, ¿cómo implantar un partido en todo el territorio nacional? Y ¿cómo lograr la unidad orgánica con la plataforma PRO, iniciativa política de Basta YA?.

En su lugar el Congreso se centró en reformar el Ideario y los Estatutos de una organización que cumplió su primer año de edad en estas fechas.Dos brindis al sol.

No es de extrañar, por tanto, la desmoralización provocada por este esperanzado Congreso tanto externa como internamente, tanto para los partidarios de la candidatura de Albert Rivera, vencedora, como para los de la candidatura del profesor Bouza-Brey, vencida, que personalizaron las dos principales propuestas de dirección política.

La reforma del Ideario fue arrebatada, primordialmente, por la enmienda a la totalidad presentada por el catedrático de Derecho Constitucional, Francesc de Carreras, y aprobada por el Congreso. Al margen de que su contenido ya es motivo de interpretaciones diferentes entre quienes la avalaron, entre quienes no y entre ambos, sus efectos han sido, eso, las divisiones internas sobre su alcance y la desvinculación ideológica de algunos sectores del partido. Una reforma innecesaria, útil para restar que no para sumar.Otro brindis al sol.

La reforma de los Estatutos originó un movimiento contradictorio: mientras se rechazó la elección de la nueva Ejecutiva mediante lista cerrada (¡primordial reivindicación de la candidatura de Albert Rivera!), se aprobó enmendar la lista abierta para acercarla, en sus efectos, a la lista cerrada. El resultado lo prueba: fue prácticamente igual que si se hubiera votado mediante lista cerrada. Otro brindis al sol más.

¿Por qué un Congreso previsto para propulsar la alternativa política que representan tanto Ciutadans como Basta Ya, proclamarla y aventarla, no ha sido la magnífica oportunidad de propagar la esperanza política de sus predicados a lo largo y ancho de nuestro país y de animar a sus militantes y simpatizantes?.

En este Congreso ha ocurrido exactamente lo contrario que en aquel famoso Congreso socialista en el que retiró su candidatura Felipe González: o partido marxista o yo, dijo entonces González. Y quiso ser un Congreso que impusiera sus predicados a una determinada Ejecutiva. Y no fue. Y éste ha sido un Congreso que ha elegido una Ejecutiva, encabezada por su principal capital político, Albert Rivera, sin agenda política.

Así, la candidatura de Albert Rivera se presentó al Congreso con muy escaso bagaje político: de sus 20 folios de propuestas, dos párrafos se dedicaban a Basta Ya para enunciar su existencia y sus posibilidades futuras; otros dos párrafos para enunciar también la implantación de un partido nacional y más de 19 folios para explicar, con todo lujo de detalles, cómo sería y se organizaría su nueva Ejecutiva. Era evidente que su fuerza no radicaba en sus propuestas sino en su cabecera.

Y así ha ocurrido, hay cabecera pero no hay agenda.

Y el resultado nada halagüeño ha sido: un partido dividido casi por la mitad, una imagen pública que ha derrochado lo conseguido y una desmoralización que va bastante más allá de su ámbito de influencia.

Pero la realidad es ruda, es real y no hay modo de quitársela de encima. Las necesidades de responder a la iniciativa de Basta Ya, de implantar un partido nacional y de afrontar las próximas e inmediatas elecciones van a la contra de los deseos de la nueva Ejecutiva. Exactamente al revés de aquel Congreso socialista.
La plataforma PRO es, para los militantes de Ciutadans en Cataluña, una esperanza admitida abiertamente por una parte muy significativa (40 %) del Congreso.

Para los de fuera de Cataluña, una esperanza imprescindible. Fuera de Cataluña, Ciudadanos no dispone de ningún capital político, de ninguna atracción electoral. La posibilidad de contar con Rosa Díez en su cabecera representa una atracción absoluta.
Estamos, sin duda, ante una victoria pírrica, la de la candidatura de Albert Rivera, si llega a ser una Ejecutiva capaz de gestionar las ideas ajenas (algún síntoma hay: su primer comunicado establece la necesidad de un tercer partido nacional, lenguaje apropiado de la candidatura de Bouza-Brey). O estamos ante dos organizaciones que se coaligan en Cataluña mediante una síntesis de Ciutadans y Basta Ya, y fuera de ella, en torno a Basta Ya.

La tercera opción, dada la polarización extraordinaria que se prevé en las elecciones generales, sería la señalada por quienes, perteneciendo a estos movimientos sociales, como Jon Juaristi, no contempla la necesidad de implantar un nuevo partido político. Sostiene que los movimientos sociales deben influir sobre los dos grandes partidos nacionales. Favorece, sin duda, ante esta contienda, que no se pierda ningún sólo voto la opción electoral más capacitada para frenar la deriva zapaterista. Piensa, sin complejos, que, para este viaje, siempre quedará el Partido Popular.

Blog de Santiago Garrido

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