
Las comunidades con lenguas minoritarias que siempre habían escolarizado a los niños en la lengua del Estado, lo mismo que las nuevas naciones procedentes de las antiguas colonias decimonónicas, criticaron a Lambert, que en 1974 elaboró su famosa teoría del bilingüismo aditivo y sustrativo. Se llama aditivo a aquel que manteniendo la propia lengua del niño añade otra lengua como enriquecimiento cultural, y sustrativo a la que no teniendo en cuenta la lengua del niño perteneciente a otro grupo lingüistico se le fuerza a cambiar totalmente la lengua en la escuela. Los programas de inmersión diseñados exclusivamente para castellanohablantes pertenecen a este último grupo. Además, la inmersión en Cataluña es precoz, a los tres años, total y obligatoria. La consecuencia es el descenso del razonamiento lógico y verbal, y un enorme fracaso escolar.
En Las desigualdades del sistema educativo a través del estudio Pisa 2003 se revela que "la lengua hablada en casa está asociada al rendimiento académico, siendo el alumnado que tiene el catalán como lengua principal el que obtiene unas mayores puntuaciones" . Un estudio de Convivencia Cívica da un fracaso en alumnos castellanohablantes del 42,6% frente al 18,6% de los catalanohablantes. Si detraemos de estas cifras la variable económico-social, la influencia de la lengua supone 9 puntos de diferencia. Se argumena que los catalanohablantes tienen derecho a la diferencia y es cierto, pero ese derecho a la diferencia no presupone diferencia de derechos. Los niños catalanohablantes se escolarizan en su propia lengua, pero los niños castellanohablantes carecen de ese derecho y son el 63%.
Raimond Renard, director de la cátedra de la Unesco para el Desarrollo de las Lenguas, criticó la inmersión en el primer congreso mundial de derechos lingüisticos (Barcelona 1996). El informe Pirls 2006 (Estudio Internacional) dice: "El empleo de lenguas o dialectos diferentes en casa y en la escuela pueden causar problemas a los alumnos a la hora de aprender a leer". Y la Unesco dice: "Es axiomático que el mejor medio para enseñar a un niño es su lengua materna".
No se puede primar a la mitad de la población infantil en detrimento de la otra mitad, ni el conocimiento del catalán al desarrollo integral del niño.
Carmen Leal, profesora, hoy en LA VANGUARDIA, sección DEBATE.
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