miércoles, 5 de octubre de 2011

Y José Luis Rodríguez Zapatero sigue de vacaciones en el limbo. Por Federico Quevedo

Casi 100.000 parados más en el mes de septiembre, una cifra récord en los últimos 15 años pero, sobre todo, el anuncio de que las cosas no solo no mejoran sino que, muy al contrario, amenazan con torcerse aún más. No sé si escucharon ustedes ayer a la ministra de Economía, Elena Salgado, decir entre continuos carraspeos que este era, ejem, un mal dato pero que, ejem, el Gobierno mantiene su esperanza, ejem, en que mejore, ejem. Una broma, pero de muy mal gusto, porque Salgado sabe perfectamente que no es verdad, que lo que se nos viene encima es lo peor de lo peor, que como ya están anticipando los principales analistas internacionales estamos de nuevo a las puertas de otra recesión, y que no encontramos una salida razonable para esta situación porque ni ella misma sabe cómo podemos salir de este círculo vicioso.

Paro, crisis, desesperanza… El 80% de los ciudadanos encuestados por el CIS tienen en el desempleo su principal preocupación, seguida de la situación económica -el 40%- y los políticos -el 23%-… Teniendo en cuenta que las dos primeras van unidas, podríamos decir que, realmente, el segundo problema que más preocupa a los ciudadanos es su clase política, y no les falta razón a los encuestados, teniendo en cuenta la incapacidad de nuestros actuales gobernantes para dar soluciones a la crisis y, sobre todo, su responsabilidad a la hora de no hacer frente a situaciones absolutamente clamorosas por injustas como ya denuncié el pasado fin de semana, y que hoy vuelven a ser noticia después de conocer cómo los ex directivos de NovaCaixaGalicia se lo han llevado crudo en lo que podríamos considerar un verdadero atraco a mano armada a la entidad gallega.


Si a eso sumamos situaciones increíbles que deberían provocar dimisiones en cadena y penas perpetuas de inhabilitación a malos gestores que nos han llevado a la ruina o a cargos públicos sospechosos de haberse dejado sobornar y corromper -¿verdad, señor José Blanco?-, lo sorprendente es que el porcentaje sea solo del 23% y no del 100% a la hora de situar a la clase política como el principal problema del país, porque en definitiva ellos son los responsables de todo lo que nos está pasando.
«Nunca antes un presidente del Gobierno había tenido una responsabilidad tan grande como la que ahora tiene Rodríguez Zapatero sobre las consecuencias que sus erráticas políticas han tenido para las presentes generaciones y para las futuras.»
Y por encima de todos ellos, porque por su cargo tiene un plus de responsabilidad añadida, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, responsable de haber llevado a este país a la peor crisis de toda su historia, responsable de permitir el desmoronamiento de la nación en todos sus ámbitos, y de quien misteriosamente llevamos varios días sin saber absolutamente nada. No hace falta recordar quién es el presidente del Gobierno elegido por los ciudadanos, y las obligaciones que como tal conlleva el cargo, entre ellas la de dar la cara ante una situación excepcional. Pero no.

Desde que apareciera junto a Mariano Rajoy en la foto con Pedrojota Ramírez y señora ataviada con bandera francesa en la presentación del libro del periodista, no hemos vuelto a saber nada del hombre que rige -es un decir- los destinos de este país, el verdadero responsable de una situación alarmante. Es él quien debería darnos explicaciones de lo que está ocurriendo, de por qué este país se hunde sin remisión hacia un fondo que no atisbamos, pero que podemos cifrar en un déficit de más del 8% al final de año -esa es la herencia que nos deja Zapatero-, lo que va a obligar a Rajoy a llevar a cabo un ajuste de caballo en un entorno internacional absolutamente incierto.

Nunca antes un presidente del Gobierno había tenido una responsabilidad tan grande como la que ahora tiene Rodríguez Zapatero sobre las consecuencias que sus erráticas políticas han tenido para las presentes generaciones y para las futuras. Si de alguien estoy absolutamente convencido que debería tomarse una decisión para inhabilitarlo de por vida para el ejercicio de un cargo público, ese es José Luis Rodríguez Zapatero. Yo no pido, como en Islandia, que lo enchironen… Me conformo con que no vuelva nunca más a gestionar nada que dependa de los impuestos de los ciudadanos, porque es evidente que si lo hace las consecuencias pueden ser desastrosas…

Pero, antes de eso, cabría exigirle un ‘mea culpa’, un acto de arrepentimiento, de petición de perdón a todos los ciudadanos que confiaron en él y le votaron, a todos aquellos que un 14 de marzo de 2004 le pedían por la noche que no les fallara y a los que no solo ha fallado, sino que además ha conducido a la mayor ruina de la historia pasada, presente y, probablemente, futura. Es verdad que, como me decía ayer un buen amigo, Zapatero es hoy por hoy irrelevante, pero el hecho de que lo sea, el hecho de que ya no vaya a presentarse a unas elecciones y que tenga previsto tomarse unas vacaciones en León para contar nubes -lo ha dicho él-, no puede ser un atenuante a la hora de exigirle su responsabilidad por habernos llevado a esta situación y por no haber sabido hacer lo que había que hacer para solucionarla, empezando por una convocatoria de elecciones en el mismo momento en el que supo que habíamos cruzado la barrera que nos separaba del abismo.


El Confidencial – Opinión

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