sábado, 1 de octubre de 2011

Saber gastar. Por Julia Navarro

El PSOE quiere hacer una campaña defendiendo los logros de la socialdemocracia. En teoría eso es lo que les corresponde, el problema es que los socialistas están gobernando y hace tiempo guardaron el programa socialdemócrata en el cajón.

Dice Rubalcaba que es posible mantener el Estado del bienestar sin recortarlo más e incluso volviendo atrás en algunos de los recortes. Bueno, pues si se puede que lo hagan ya. Es más me pregunto por qué el Gobierno viene haciendo lo contrario, ahora y también cuando el candidato formaba parte del Ejecutivo. Es difícil comprender que prometan para mañana lo que no han hecho hasta ahora.

Claro que el PP tampoco puede presumir. Se les había llenado la boca de exclamaciones contra el recorte de las pensiones, la bajada de sueldo de los funcionarios, y lo último, el Impuesto de Patrimonio, pero ahora resulta que van a dejar las cosas tal cual las ha aprobado el PSOE.

Aquí, la única verdad es que nuestro país sufre una crisis brutal y que en los años pasados los gobiernos, el central y los autonómicos, han gastado lo que no había. Es decir, han gestionado de manera irresponsable.


Ahora mismo tenemos un ejemplo de como se las gastan nuestros políticos. Artur Mas nos ha encogido a todos el corazón anunciando que no tenía dinero para pagar a los geriátricos, pero al mismo tiempo le ha regalado 221.000 euros a las organizaciones juveniles de los partidos políticos. O sea, un escándalo.

Saben, a mí me parece que eso es malgastar el dinero público. Mientras que las Juventudes de CiU, del PSC o de quien sea reciban un dinero para sus actividades varias, la mayor parte se lo gastan en burocracia, se deja a su suerte a miles de ancianos en toda Cataluña. Yo no sé como no se les cae la cara de vergüenza a todos. A los responsables de la Generalitat por dar ese dinero y a las organizaciones juveniles por aceptarlo.

En los albores de nuestra democracia estaba más que justificado que el Estado apoyara económicamente a partidos políticos y sindicatos. Pero nuestra democracia está más que asentada y digo yo que ese dinero que reciben los partidos podría dedicarse a los ciudadanos. Los partidos deberían de financiarse con las cuotas de sus afiliados o en todo caso percibir mucho menos dinero del que ahora reciben de las arcas públicas.

Luego se extrañan de que miles de personas secunden el movimiento de los Indignados, que lo que vienen a expresar es que están hartos de esta manera de hacer política. Lo cierto es que cada día que pasa notamos más los efectos de la crisis y que nuestro país está siguiendo al dedillo los dictados de los mercados. Hay que ahorrar nos dicen, y es verdad, hay que ahorrar o lo que es lo mismo: no hay que despilfarrar que es lo que se ha hecho durante muchos años. Pero entre despilfarrar y cerrar quirófanos, entre gastar alegremente y echar a los profesores interinos a la calle, entre la libre competencia y vender las pocas joyas que nos quedan como los aeropuertos o la Lotería, digo yo que median muchos pasos. Lo peor es que hasta ahora ninguno de los dos candidatos que pueden ganar las elecciones, léase Rubalcaba y Rajoy, terminan de hacer un discurso creíble sobre lo que van a hacer o dejar de hacer en caso de llegar a la Moncloa. Y esa es la cuestión.


Periodista Digital – Opinión

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