jueves, 6 de octubre de 2011

La tragedia continúa. Por Carmen Tomás

El paro junto con la situación económica presente y futura siguen siendo las principales preocupaciones para la mayoría de los españoles. Y no es de extrañar. Las cifras de paro registrado en septiembre conocidas el lunes lo justifican. Más de 3.100 parados cada día del mes es para estar pesimistas. Son casi 100.000 dramas más que hay que sumar a la larga lista que se viene produciendo desde hace ya más de tres años bajo la inoperancia, la irresponsabilidad, la insensibilidad y hasta la mala fe de un gobierno que nos ha conducido al abismo y que además ni se arrepiente ni muestra propósito de la enmienda. Y digo esto por las declaraciones realizadas por los responsables del ministerio de Trabajo que han explicado a los ciudadanos estos datos. Tanto la secretaria de Empleo como el secretario de la Seguridad Social han tenido la caradura de presentar estos datos como el fruto de las políticas de ahorro, ellos le llaman recortes, llevadas a cabo por los nuevos gobiernos del PP en las Comunidades Autónomas. Unas políticas a las que todo el mundo sabe que se han visto abocadas por la situación en que han encontrado las cuentas públicas. Ni una mención, por supuesto, a la nefasta política de casi ocho años de gobierno socialista. A la inacción, primero, y a la equivocación después.

España tiene la tasa más alto de paro de los países serios, el doble de la media de la eurozona y lo es así desde ya varios años. Encontrar ahora el culpable en el PP y en las políticas de ahorro emprendidas precisamente para recortar los agujeros y pagar deudas, en aras de que algunas empresas puedan salvarse o volver a nacer y así generar empleo es sencillamente un ejercicio de desvergüenza. Tampoco se ha cortado un pelo la ministra de Economía que por enésima vez se ha atrevido a asegurar que no van a hacer nada porque ya lo han hecho todo y que las cosas van a mejorar en breve. Hay que recordar las declaraciones que hace apenas unos meses, antes del verano, realizó el candidato del PSOE, Rubalcaba, en las que aseguraba que veríamos meses de crecimiento del empleo. Se crearán empleos y más empleos, decía, en un nuevo engaño a los ciudadanos. Desde luego si Rubalcaba exigió a Zapatero que retrasaran las elecciones hasta el 20-N pensando en que las cosas iban a mejorar, que se siente a esperar la derrota, pero sin paliativos. Los ciudadanos ya no toleran ni una mentira más. El empleo desgraciadamente no va a mejorar en muchos meses y aunque un cambio tras las elecciones provoque ciertas dosis de confianza, el trabajo que hay que hacer es ingente y ya veremos si un derrotado y muy tocado PSOE está a la altura de las circunstancias o agrava las cosas con su propensión a la agitación.


Periodista Digital – Opinión

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