jueves, 6 de octubre de 2011

Es un genio. Por José Antonio Vera

Tengo que reconocer mi admiración por la capacidad transformadora de Rodríguez Zapatero, que crece conforme pasan las semanas. Empezó su mandato deshonrando a la bandera americana y mandando a freír monas a Bush al retirar las tropas españolas de Iraq, y se va abrazando el escudo antimisiles propugnado por el anterior presidente de los Estados Unidos.

Durante la transición tuvimos ocasión de admirar evoluciones notables, entre ellas la del inolvidable Jorge Verstrynge. Sin llegar a tanto, González subió al poder con la pancarta «OTAN, de entrada no», y se jubiló entregado a la Alianza Atlántica, en donde logró colocar de secretario general a su valido Javier Solana. A Felipe se le veía venir, pero lo de Zapatero nos coge a casi todos sin preparación alguna, pues era tal su militancia antiyanqui que ni los más derechosos del partido hubieran pronosticado semejante evolución. Pero ahí tenemos a nuestro hombre, reformando la Constitución para contener el gasto público, haciendo los mayores recortes sociales de la democracia y entrando de lleno en la «guerra de las galaxias».

Eso sin olvidar que nos metió hasta las cejas en la contienda de Afganistán, envió tropas al Líbano, participó en el conflicto de Libia y hemos contribuido a recolocar a los presos de Guantánamo y a ocultar los vuelos secretos de la CIA. O sea, un genio. Para que luego digan que el poder no cambia.


La Razón – Opinión

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