sábado, 1 de octubre de 2011

El sistema financiero más sólido del mundo

En otros países la inyección de dinero público se hizo en 2008, cuando endeudarse era más barato, mientras que España lo ha retrasado innecesariamente hasta este momento, cuando más caro nos saldrá a los españoles.

Muy optimista se ha mostrado el gobernador del Banco de España al asegurar que tras la nacionalización de Catalunyacaixa, Novacaixagalicia y Unimm ha terminado la recapitalización del sector financiero español. Es cierto que, si se cumplen las previsiones, no hará falta la entrada de más dinero de los contribuyentes en las cajas, aunque el propio Miguel Ángel Fernández Ordoñez ya nos había dicho cada vez que ha habido que poner dinero en una caja que esa vez sería la última. Pero el sector en su conjunto, suponiendo que la situación económica no empeore aún más, no habrá completado el proceso hasta finales del año que viene.

Se puede criticar, y con razón, que empresas como bancos y cajas que no son capaces de sobrevivir por sus medios deberían quebrar. Pero ningún gobernante se puede permitir jugar con la estabilidad del sector financiero de su país, de ahí que hayan intervenido para salvar sus bancos. Pero en otros países la inyección de dinero público se hizo en 2008, en momentos en que endeudarse era más barato para los estados, mientras que España –seguramente para no reconocer que nuestro sector financiero no era "el más sólido del mundo"– lo ha retrasado innecesariamente hasta este momento, cuando más caro nos saldrá a los españoles. Uno de los problemas fundamentales de la economía española es la falta de crédito, en parte debida a la necesidad de sanear los balances de las entidades financieras. Si este proceso se hubiera hecho con la debida rapidez, este problema no sería tan acuciante en este otoño de 2011.


Si se admite que el bien común obligue a intervenir y salvar a las cajas públicas, tras una crisis que los bancos privados han soportado mejor, lo menos que se puede exigir es que se actúe contra los responsables concretos de llevar a sus entidades a la ruina. Desde Hernández Moltó hasta los directivos de la CAM que aprovecharon la situación de la entidad para concederse a sí mismos un buen pellizco. Pero no parece claro que haya intención de hacerlo. El propio MAFO ha considerado "escandaloso" el caso de la CAM, pero prometió actuar con un "cuidado exquisito" y no ha anunciado la apertura de expediente alguno. Quizá debieran ser los fiscales los que actuaran más pronto que tarde.

En cualquier caso, hay que recordar que no es el rescate de las cajas lo que nos está hundiendo en esta segunda recesión provocada por la deuda pública. Desde luego, no ayuda. Pero el verdadero problema es que el Estado ha crecido demasiado y ha financiado políticas cuando menos discutibles en el momento en que se aprobaron, pero imposibles de pagar en época de vacas flacas. Ha llegado la hora de recortar gastos.


Libertad Digital – Editorial

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