jueves, 8 de septiembre de 2011

Vergüenza sindical. Por Martín Prieto

En las anteriores elecciones generales Rodríguez Zapatero mintió hasta equiparar la crisis financiera internacional con un leve resfriado. Otros, como UGT y Comisiones Obreras, lo hicieron largamente y por omisión trenzándole al Presidente autista políticas imposibles que excavaban el agujero en el que estamos.

Ahora Cándido Méndez parece que no conociera a ZP, cuando todos gastábamos la broma que era su ex ministro de Economía, desde antes que huyera Pedro Solbes, por las infinitas tardes en Moncloa diciéndole el barbado lo que tenía que hacer el de las cejas. Otrosí de Ignacio Fernández Toxo, el de los cruceros, que ahora desvela al Gobierno por modificar constitucionalmente la Constitución.

Los silencios de ésta pareja llegan hasta ahora mismo y nada tienen que decir sobre que un joven de 16 años pueda trabajar hasta los 30 hilando contratos temporales sin pagas ni vacaciones. Que sigan sosteniendo que la tormenta perfecta se cruza aumentando el gasto público para crear empleo de calidad induce a la tristeza maligna, que es la depresión. Hasta los «indignados», hipotéticos compañeros de cama, se ríen de éstos sindicalistas en las calles.

Si la crisis encalla traerá la bonanza de otros sindicatos en España, aparatos de funcionariado, remedios de Organizaciones No Gubernamentales y recipiendarias de los dineros del Gobierno, con la ejemplar excepción de Unión Sindical Obrera que vive de sus cuotas. UGT y CCOO siempre prefirieron la correa de trasmisión remunerada. Tardarán en mudar o morir pero algún 1º de Mayo la Puerta del Sol será más de los indignados que de los raros sindicalistas de los que tienen trabajo.


La Razón – Opinión

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