martes, 20 de septiembre de 2011

Tributos de Rajoy

El líder del PP avanza algunas medidas fiscales que no responden a la envergadura de la crisis.

El líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, explicó ayer algunas de las medidas fiscales que adoptaría en caso de llegar al Gobierno, completando las ideas que ya había adelantado anteriormente. Su línea básica de acción es el mantenimiento sin cambios de la tributación de las personas físicas, al menos en un primer momento, y la reducción hasta cinco puntos del impuesto de sociedades. Aunque se mostró crítico con el impuesto de patrimonio que acaba de recuperar el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, argumentando que penalizaba el ahorro, no desveló si lo mantendría o no. Aprovechó la ocasión para descalificar al candidato socialista, Pérez Rubalcaba, por sugerir que dedicaría la recaudación a la creación de empleo, cuando, según dijo Rajoy, son ingresos que corresponderían a las autonomías.

El líder popular se mostró convencido de que la situación que atraviesa la economía española podría paliarse mediante recortes en el gasto público, sin necesidad de procurar un incremento sustancial de los ingresos. El modelo al que se ajustarían sus primeras decisiones económicas sería el de las comunidades autónomas que cambiaron de mayoría en las últimas elecciones, pasando a manos del Partido Popular. Los recortes que estas han emprendido resultan a todas luces insuficientes para reducir el déficit, transmitiendo la impresión de que, a la espera de las elecciones generales, los populares buscan disipar los temores de que limitarán el Estado de bienestar y no tanto equilibrar las cuentas públicas.


La política fiscal apenas esbozada por Rajoy no se define por su ambición. Quizá dejándose llevar por la cautela, el líder popular no dejó traslucir que su intención sea emprender una reforma fiscal; a lo sumo, parecía conformarse con revisar los tipos de los tributos existentes. El anuncio de que bajaría cinco puntos el de sociedades obedece a la idea de que reducir la presión fiscal sobre las empresas se traduce automáticamente en creación de empleo. La experiencia no avala la esperanza de Rajoy, sobre todo cuando, como sucede en España, la principal causa del paro no es la carga impositiva que soportan las sociedades, sino el descenso del consumo.

Pese a la generalidad de su política fiscal, Rajoy fue mucho más lejos de lo que acostumbraba hasta fecha reciente. El motivo no habría que buscarlo tanto en que el Partido Popular haya decidido explicar, por fin, el programa que desarrollaría desde el Gobierno, como en el hecho de que se siente suficientemente seguro de su victoria como para intentar cerrar el flanco en el que se había convertido su silencio. La escasa influencia en las encuestas de las constantes iniciativas que lanza el candidato socialista parece haber animado a Rajoy a empezar a ir desvelando algunas de las suyas. Pero, o guarda en la manga otras que no desea mostrar o, si no, se diría que ignora la dimensión de la crisis que tendría que gestionar de llegar a La Moncloa.


El País – Editorial

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