martes, 27 de septiembre de 2011

Se va el caimán. Por Ely del Valle

Se va Zapatero a su León natal como el caimán se fue para Barranquilla, y en el camino deja casi dos cuatrienios de empeño personal en darle la vuelta a este país como si fuera una tortilla de patatas. De momento se queda en funciones, lo que es un decir porque hace meses que sus funciones las asume Rubalcaba que este fin de semana, y llevado por el penoso resultado que le auguran los sondeos, ha atribuido al Psoe el invento de la sanidad pública y gratuita. Es lo último en Memoria Histórica: no sólo borramos el pasado, también lo tergiversamos a placer. Lo siguiente puede ser reivindicar como propia la supresión del servicio militar obligatorio. Pero volviendo a Zapatero, el presidente se va pero se queda ocupando, a razón de 74.000 euros anuales, asiento en el Consejo de Estado, órgano que, afortunadamente, sólo tiene funciones consultivas. No es mal destino para quien no parece que vaya a ser motivo de rifa entre la empresa privada. Con su firma, convocando unas elecciones anticipadas que no son más que la constatación de un fracaso, la novena legislatura, como la Monumental de Barcelona, ha echado el cierre. La diferencia es que ni Zapatero ni su cuadrilla ministerial han salido a hombros sino que lo hacen a punto de recibir una estocada en toda la urna y con el respetable pidiendo sus dos orejas. Es posible que, como afirma Blanco, la Historia le reconozca algún mérito distinto al de haber sido capaz de crear el caos y el desconcierto. Es más, si se lo dejan a Rubalcaba es posible que Zapatero pase a la posteridad como el presidente que inventó el subsidio de desempleo y el pitorro del botijo; y si no, al tiempo.

La Razón – Opinión

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