sábado, 24 de septiembre de 2011

Las siete reglas de oro. Por Carmen Tomás

El presidente del PP y candidato a la presidencia del Gobierno dejó claro el miércoles en el Congreso en la última sesión de control que Zapatero les ha mostrado el camino de lo que no hay que hacer. Son siete reglas elementales, incluso obvias, en las que Rajoy basará su gobernanza y que Zapatero se ha saltado una tras otra en sus casi ocho años al frente del Gobierno. No me cabe la menor duda de que nos hubiera ido bastante mejor si el todavía presidente del Gobierno las hubiera puesto en práctica. Decir la verdad a los ciudadanos, hacer un buen diagnóstico, no gastar más de lo que se tiene, tener un plan, no crear falsas expectativas, previsiones razonables, hacer reformas y no gobernar a golpe de decreto y de improvisaciones. Cualquiera diría que esto lo sabe hasta un niño. Pero, Zapatero y su Gobierno han optado en estos años por todo lo contrario y así nos ha ido.

Ahora ya no sólo nos sacude la crisis de Grecia o lo que pase en Portugal o Italia es que nosotros mismos, como dijo no hace mucho el destacado economista Roubini, estamos viviendo al borde del precipicio y con los pies colgando. Se ha mentido a mansalva, se ha gastado a espuertas y no se ha hecho ni una sola de las reformas que de verdad necesitaba este país. En la despedida, todos los ministros preguntados se sentían satisfechos, algunos hablaban de la herencia recibida de Aznar y otros se quejaban de la desleal y agitadora oposición. Daba vergüenza ajena comprobar que ni uno de ellos, con el presidente a la cabeza, se sintiera responsable y compungido por dejar al país como unos zorros y a millones de personas sin presente y sin futuro.

Oír a Zapatero, que deja el país como un erial y que no ha tenido las agallas de presentarse, echarle en cara a Rajoy que la oposición no diera confianza y no haya colaborado fue de sonrojar. O a la ministra Salgado sintiéndose orgullosa del trabajo realizado y menos orgullosa de la oposición. El país está patas arriba y como muy bien dijeron Rajoy y Soraya la herencia que van recibir está envenenada y el traspaso de poderes es un auténtico traspaso de deberes. Lo peor es que aún quedan dos meses en los que todavía pueden pasar muchas cosas dentro y fuera de España.


Periodista Digital – Opinión

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