jueves, 15 de septiembre de 2011

La peor campaña. Por Martín Prieto

Estando técnicamente en campaña electoral desde antes del verano ésta tenía que ser la liza más mezquina de nuestra democracia, tal como el Presidente saliente y silente se deja humillar en público por su sustituto en la brega política. Tierno Galván no leía el programa de su partido por considerarlo irrelevante, y sabemos que las promesas políticas se fabrican con materiales de aluvión. Todo empeora cuando el PSOE no presenta un candidato a la Presidencia del Gobierno sino a la Secretaría General del partido, que es lo único a que puede aspirar Rubalcaba. En ese espacio ucrónico cabe toda la vileza, demagogia, populacherismo y peronismo que se le puede inferir al desarmado votante, como usar la fiscalidad como mercadoctenia electorera.

El PSOE creyó que subir los impuestos era de izquierdas, luego que bajarlos era progresista y ahora que da igual reponer lo que quitamos ayer, como el impuesto al Patrimonio, ilegal tributo doble. Con el Partenón en el paisaje ninguna cantidad es desdeñable, pero lo que obtendría Rubalcaba con esa exacción no alcanzaría para becas Erasmus y menos para empleos juveniles. El PSOE pasa de los efectos ( Borrell, Rubalcaba ) a los síndromes, y ahora toca el síntoma Robin de los Bosques porque Elena Valenciano no supera sus lecturas infantiles. Probablemente el arquero de Sherwood nunca existió pero las leyendas orales indican que el sheriff de Nottingham tenía razón porque el rufián robaba a los ricos y a los pobres. Lo que importa es que Rubalcaba se perfume de romanticismo anticapitalista para virar a la izquierda lo que quede de éste socialismo tras el parto de nalgas de noviembre.


La Razón – Opinión

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