sábado, 10 de septiembre de 2011

Cataluña. Gran aparato eléctrico. Por Maite Nolla

Estaremos dos o tres años mareando la perdiz, y no veo yo a los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña imputando por desobediencia a ningún alto cargo de CiU.

Ya sé que visto y oído lo que se ha visto y oído esta semana, pensarán ustedes que por aquí, Diada playera por medio, estamos al borde de la secesión. Y desde luego yo no le voy a quitar hierro a que el representante del Estado en Cataluña –Artur Mas- diga no sé qué de las narices y se niegue a cumplir esta y otras muchas sentencias o resoluciones como esta. Pero siento decirles que no hay nada nuevo, queridos. Ya me dirán en qué se diferencia todo esto de lo que se dijo durante la tramitación del Estatut, su aprobación o cuando el PP presentó el recurso. Antes de la sentencia se llegó a pedir una manifestación preventiva, y después de la sentencia la marca socialista en Cataluña y el actual presidente de los empresarios españoles –repito: españoles- se manifestaron contra el Tribunal Constitucional. De la reforma constitucional, lo menos que se ha dicho es que es un ataque y una agresión. Pujol pide a los catalanes que se preparen para la batalla, y algunas consejeras hablan incluso de inmolarse, que a mi modo de ver resulta un pelín exagerado, aunque sea sólo políticamente.

No suelo yo darle la razón a Duran i Lleida, pero en algunos casos hemos visto una "sobreactuación" –incluida la suya- que se corresponde poco con los hechos. Es cierto, que los nacionalistas tienen un problema que han creado ellos: nadie cuestionaba su sistema, hasta que se empeñaron en ponerlo por escrito. Pero, por supuesto, esta resolución no se llegará a cumplir. Estaremos dos o tres años mareando la perdiz, y no veo yo a los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña imputando por desobediencia a ningún alto cargo de CiU. Tampoco veo al nuevo Gobierno, dispuesto a hablar de todo con todos, acudiendo a mecanismos de presión que presionen demasiado. El estado de cosas ha cambiado, pero tardará en notarse. Pasados unos días, a lo que hay que esperar es a lo que suceda el 20 de noviembre.

Por eso, después del gran aparato eléctrico, ni el PP va a romper con CiU, ni CiU va a romper con el PP. "No haremos de esta cuestión el eje del debate político, como quieren hacer otros". "Yo no hablo de problemas con la lengua, el problema es la cuestión económica y el paro". Juzguen ustedes mismos y adivinen quién lo ha dicho.


Libertad Digital – Opinión

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