jueves, 22 de septiembre de 2011

El libro de Mariano. Por Rafael Martínez-Simancas

Un próximo a Rajoy vacilaba en la presentación del libro de su jefe: "Si esto pasa hace un par de años no llenamos el salón, en cambio hoy no cabe nadie". No tiene Rajoy un reconocido tirón literario (tampoco creo que lo pretenda), así que los presentes no iban a por el atún si no ver al duque, y de esa manera se llenó el aforo de acólitos, entusiastas, palmeros y futuros altos cargos que esa tarde aún se movían por Madrid en autobús pero que aguardan un mañana mejor de coche oficial y canonjía. Gran parte de las prácticas de alto cargo se hacen en salones de moqueta alta en los que es tan importante ver como ser visto, ahí se juega uno la parrilla de salida como Alonso en los entrenamientos previos a un gran premio.

Es curioso que en España, donde apenas se lee, los políticos que se quieran perpetuar se transforman en libro de pasta dura con fotografías entrañablemente elegidas para la ocasión en las que no faltan una en blanco y negro con el patinete y otra de grupo en la Universidad (el detalle del blanco y negro señala el salto generacional con los políticos jóvenes que sólo han conocido la generación twiter). De momento es el libro lo que más adorna al político, no se conoce el caso de candidato que haya pintado un lienzo antes de unas elecciones y también hubiera llenado salones de entusiastas de la pintura y los "santos óleos". En el caso de Rajoy se quiere transmitir la imagen de cercanía mezclada con incesante actividad que termine con el mito de que el candidato "alcanzará la orilla de puro muertito", como le dijo Felipe González en otro salón de moqueta alta. Incluso el título llama a un mensaje directo para el voto: "En confianza". Ahora bien: ningún político ha superado el nombre que le puso Pablo Castellano a la segunda parte de sus memorias: "Yo sí me acuerdo" que era una manera de ajustar cuentas con el pasado y sus protagonistas.

A la espera de que Bono dé a conocer sus memorias, que se auguran voluminosas, el libro de Rajoy va camino de convertirse en un best-seller sin necesidad de realizar mucha promoción por las televisiones. Rajoy no aspira a un sillón en la Academia, le basta con uno en el Consejo de Ministros, algo que parece tiene conseguido según las encuestas. Y ese tirón es el que le da fama como autor; en realidad podría haber escrito un libro de crucigramas, o de cómo cocinar un pulpo a feira, y se hubieran vendido con igual éxito. Cuándo el viento sopla a favor hasta los poetas cursis se transforman en trovadores de reconocido prestigio. No hablamos de literatura si no de poder que una vez alcanzado muchos se preguntarán: "¿Tú te llegaste a leer el libro de Mariano?", y les mirarán con cara de no saber de qué les hablan.


Periodista Digital – Opinión

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