jueves, 29 de septiembre de 2011

Bastantes sacrificios. Por Carlos Rodríguez Braun

No debería haber ningún sacrificio más por parte del pueblo español, que ha padecido con enorme dureza el ajuste ante la crisis económica sin ninguna ayuda de un Gobierno cuyas medidas la han profundizado y prolongado. Ese ajuste se ha cobrado numerosas víctimas en términos de millones de parados y cientos de miles de empresas que han debido cerrar. Ya son bastantes, ya. Pero cuando el Rey habló ayer de «bastantes sacrificios», evidentemente se refería a que en el futuro habrá más. La incógnita estriba en quiénes han de soportar el grueso de los costes, y a cuánto ascenderán.

Los socialistas actúan como si tuvieran las llaves del paraíso terrenal: si les votamos, todo será regocijo en la tierra progresista prometida, donde manarán leche y miel. Nadie sufrirá, salvo un pequeño puñado de asquerosos ricos, que además se lo merecen, por ser reticentes a arrimar el hombro, etc. La demagogia socialista es irritante, porque han sido ellos los principales responsables de los padecimientos ciudadanos. Su estrategia charlatana y mendaz busca, como siempre, engañar, pero sobre todo salvar los muebles antes de la catástrofe, al módico precio de prometerlo todo sabiendo que no se va a gobernar.

El caso del PP es el opuesto. Por primera vez en muchos años la derecha se ve ante la certeza de una victoria electoral, y al mismo tiempo en una coyuntura económica crítica. Dado el panorama en el ala izquierda, cualquier cosa que digan los conservadores será inmediatamente hipertrofiada y distorsionada por una izquierda que conserva su habitual y considerable peso mediático, para hacer llegar el mensaje de que la derecha cercena derechos. Es una mentira fabulosa viniendo nada menos que de los socialistas, como si no tuvieran nada que ver con el desastre presente, pero no por ello van a dejar de esgrimirla si creen que les ayuda electoralmente. Y así, entre demagogias y cautelas, queda oscurecida la única realidad que debería importar: los sacrificios que han sufrido los españoles son bastantes, ya son bastantes.


La Razón – Opinión

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