jueves, 24 de marzo de 2011

Sortu, en manos del TC

Se han respetado las garantías constitucionales y la decisión ha sido tomada por un órgano judicial independiente.

LA Sala del 61 del Tribunal Supremo decidió a última hora de ayer no permitir la inscripción de Sortu como partido político, tal y como habían solicitado la Abogacía del Estado y el Ministerio Fiscal, para los cuales esta formación no era más que continuación de la ilegalizada Batasuna. Los informes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil aportaron los elementos de prueba esenciales que han permitido a una amplia mayoría de magistrados ilegalizar Sortu. Esta decisión judicial se ha tomado al término del proceso previsto por la Ley de Partidos Políticos, en el que han sido oídos los abogados de Sortu, quienes han podido participar en las pruebas practicadas ante la Sala. Se han respetado las garantías constitucionales y la decisión ha sido tomada por un órgano judicial independiente. El Estado de Derecho se ha desenvuelto en su mejor expresión. Ahora, la batalla legal se trasladará al Tribunal Constitucional, ante el que los abogados de Sortu harán valer los tres votos discrepantes emitidos al auto de la Sala del 61. Discrepancias de naturaleza jurídica, sin duda, y poco numerosas, pero que también reflejan la confusión política provocada —quizá intencionadamente para producir esta división judicial— por los mensajes contradictorios del Gobierno y de los socialistas vascos sobre Sortu. El discurso equívoco del PSOE y del Ejecutivo ha empañado la claridad de objetivos del Estado frente a esta nueva máscara etarra. Es la primera vez que la Sala del 61 no aplica la Ley de Partidos de manera unánime.

Por esto será más relevante que nunca la intervención del TC, con una mayoría «progresista» reforzada, que tendrá que revisar una resolución no unánime del Supremo. Además, es evidente que los Estatutos de Sortu simularon una adaptación más o menos formal a la doctrina del TC sobre el «contraindicio» del rechazo a la violencia. Pero lo que se ha juzgado no es el valor de un papel, sino la realidad de Sortu como herramienta de ETA. Sin duda, Fiscalía y Abogacía del Estado habrán de esmerarse para conseguir la ratificación del TC a la decisión del Supremo. Pero tanto o más necesario es que los locuaces heraldos socialistas de la nueva marca etarra dejen de sembrar la discordia entre los demócratas y cierren filas ante lo que puede ser el tramo final de ETA. Que será mucho más rápido si Sortu no entra en un solo ayuntamiento vasco. Los plazos procesales impedirán a Sortu estar en las elecciones del 22 de mayo, pero hace falta mucha más convicción política por parte de los socialistas.

ABC - Editorial

0 comentarios: