martes, 15 de marzo de 2011

El valor de un líder

Esperanza Aguirre ha pasado por un complicado trance de salud estas semanas, pero su fuerza vital parece tan poderosa como sus principios y convicciones. Lo demostró de nuevo ayer en una importante comparecencia en el foro de debate de nuestro periódico «LA RAZÓN de...», al que asistieron numerosas personalidades de la política, la empresa y la cultura. Entre las muchas cualidades de la presidenta de la Comunidad de Madrid está que siempre habla alto y claro. Sus palabras fueron de preocupación por la situación económica, pero también de esperanza y fe en las posibilidades de España para salir de una crisis que interpretó como una oportunidad de «coger impulso y cambiar» todo lo que se ha descubierto «obsoleto o inútil». Aprender de los errores, en suma, y corregirlos «haciendo bien las cosas». Las reflexiones de Aguirre tienen el valor añadido de provenir de la máxima responsable de una Comunidad que es hoy el motor económico de España y que ha soportado la recesión mejor que ninguna otra región o autonomía. En 2010, la Comunidad madrileña lideró el crecimiento económico de España (0,7%), mientras el Estado caía por segundo año consecutivo (-0,1%). Con 15 meses de resultado positivo, Madrid aporta uno de cada cinco euros de la actividad financiera española. Las políticas de Esperanza Aguirre fueron capaces de crear empleo el pasado año mientras éste se destruía en el conjunto del país. Además, Madrid encabeza la mayoría de indicadores, como la compraventa de viviendas, la constitución de créditos hipotecarios, la creación de empresas o el incremento de turistas. Estamos, sin duda, ante un balance espectacular al que habría que sumar programas como el de los nuevos hospitales, colegios bilingües o infraestructuras. Durante su intervención en La Razón, Esperanza Aguirre repasó la hoja de ruta para salir de «esta pavorosa crisis». Como ya ha demostrado en estos casi ocho años al frente de la Comunidad, «las mejores soluciones son las liberales y las que ponen la libertad de los individuos por delante de los prejuicios ideológicos de nadie». Como resaltó ayer, cree con toda razón que el catálogo de reformas profundas que el próximo Gobierno de España tendrá que emprender supone «una tarea formidable» que afectará a múltiples campos. Así, defendió un cambio profundo en la Educación, un nuevo modelo energético, sin prejuicios contra la energía nuclear, y otro modelo laboral, que repare los obstáculos derivados de «los convenios colectivos, las dificultades para contratar de una manera flexible o la intrincada selva de una legislación laboral complicadísima». Y habló de actuaciones en el sistema impositivo, de pensiones o «del extraordinario modelo sanitario, amenazado por unos gastos descomunales», así como «de restaurar los consensos institucionales y constitucionales que Zapatero rompió». Es, en suma, el ambicioso guión de un pilar político fundamental en el proyecto nacional y de cambio de Mariano Rajoy. Convencida liberal y excelente gestora, Esperanza Aguirre es mucho más. Vence y convence incluso a la enfermedad. Un ejemplo magnífico y un motivo de esperanza.

La Razón - Editorial

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