viernes, 25 de febrero de 2011

Carme Chacón. Prepárese España. Por Cristina Losada

Y en lo que toca a Extremadura, si España sobrevivió al pacense Godoy, que abrió las puertas a la invasión napoleónica, está preparada para cualquier cosa.

La guerra fría por la sucesión socialista ha dado un primer despliegue de fuerzas, que es un escaparate de debilidades. Abrió fuego la titular de Defensa con una postulación indirecta fundada en sus cualidades primordiales, a saber, que es mujer y catalana. Al decir de Carme Chacón, España está preparada para que una fémina empuñe el mando y también para que la señora sea catalana, andaluza, extremeña o de cualquier otra comunidad autónoma. Y eso mismo corroboró, aunque en clave masculina, el presidente de Extremadura, Fernández Vara, quien cree que España está preparada para un presidente extremeño. Cuánto tranquiliza la nueva, pues andábamos con dudas, de que España está preparada para que un español o una española presidan el Gobierno de España.

Tan preparada está la nación para esa supuesta excentricidad que un catalán como López Rodó rigió la economía con éxito desde los gabinetes de Franco y otro catalán, Companys, llegó a ser ministro de Marina en la República, por mencionar sólo a dos de los hijos de Cataluña que tuvieron altas responsabilidades. Y en lo que toca a Extremadura, si España sobrevivió al pacense Godoy, que abrió las puertas a la invasión napoleónica, está preparada para cualquier cosa. Está preparada incluso para soportar esa sarta de bobadas sobre su grado de preparación. Sandeces que, sin embargo, adquieren relevancia como síntomas del aldeanismo que se ha enseñoreado de la esfera pública.

El verdadero interrogante, más abierto que nunca tras la experiencia reciente, es si los candidatos están preparados para asumir la presidencia o harán el aprendizaje una vez en La Moncloa, cual Rodríguez Zapatero. Y ello, sin garantía alguna de que puedan completar el curso a tiempo. Algo así, por cierto, debió de ocurrirle a Chacón en la Universidad: que no tuvo tiempo de completar el doctorado. Aunque ese detalle no impidió que, durante varios años, dejara circular que disponía de ese título. En 2004, la revista El Siglo publicaba que había obtenido el doctorado con Matrícula de Honor Cum Laude y todavía en 2008 su página web electoral introdujo el falso dato hasta que un periódico alertó del fraude. En Alemania, donde aún se toman en serio los títulos académicos, se reclama la dimisión del ministro de Defensa tras conocerse que su tesis doctoral abunda en párrafos ajenos que incluía como propios. Aquí, en cambio, estamos preparados para aceptar de los políticos currículos tuneados, estudios inexistentes y falsos títulos. Será que los alemanes se toman en serio a sí mismos. Prepárese España.


Libertad Digital - Opinión

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