domingo, 5 de diciembre de 2010

Estado de alarma. Por José María Carrascal

Los militares siguen resolviendo los grandes problemas españoles.¡Menudo avance!

TRAS haber adoptado la ortodoxia más conservadora en economía, han querido imitar a Reagan en los aeropuertos. Pero ni eso. Ante una huelga de controladores civiles, Reagan los envió a casa, donde aún siguen, poniendo en su lugar a controladores militares. Ellos, en cambio, los han movilizado y amenazado con penas de cárcel, tras decretar un «estado de alarma» que ni siquiera sabíamos que existía. O sea, que los militares siguen resolviendo los grandes problemas españoles. ¡Menudo avance!

No voy a defender a los controladores aéreos, y no por haber sufrido más de una vez la arrogante tiranía que ejercen sobre aviones y pasajeros, sino por estar, por principio, contra las huelgas de funcionarios y asimilados, que no pueden chantajear a la ciudadanía en defensa de sus privilegios. Pero menos aún voy a defender a un Gobierno que nos tiene sometidos a la tiranía de su incompetencia, improvisación y sectarismo. En este caso, pese a llover sobre mojado y librar desde hace tiempo un pulso con los controladores, su huelga salvaje le ha cogido tan desprevenido como a los centenares de miles de viajeros atrapados en los aeropuertos. O como la crisis económica y sus espasmódicas convulsiones. El ministro de Fomento nos ha dicho que «los controladores militares comenzarán los cursos de adaptación en los próximos días y su formación será rápida». ¡Pero, hombre! ¿Cómo es que esos cursos no se han hecho todavía? Aparte de que en ese terreno no se improvisa. Me dirán que los controladores militares sirven ya los aeropuertos de Valladolid y Murcia. Contestaré que entre esos dos aeropuertos y los de Barcelona y Madrid media un mundo. En los primeros aterriza y despega un avión cada hora. En los segundos, cada minuto. Reagan pudo hacer el cambio en las torres de control porque los Estados Unidos tienen miles de controladores militares experimentados en centenares de base por todos el planeta. España ¿cuántos tiene? ¿Y cuál es su experiencia para la complejidad del tráfico aéreo civil? Francia, en situación semejante, hizo en 1973 el experimento y lo pagó con un accidente aéreo. Con vidas humanas no se juega. Es por lo que aquí han tenido que amenazar a los controladores aéreos con la cárcel, y menos mal, porque de haber sido sustituidos, a estas horas hubiéramos podido tener una catástrofe.
Pero a uno se le ocurre preguntar: ¿por qué no se toman medidas tan contundentes ante otro tipo de huelgas salvajes, como las de los transportes urbanos y nacionales? ¿Es que los viajeros por tierra no son tan dignos de atención como los aéreos? ¿O es que el Gobierno se ha atrevido esta vez por tratarse de un colectivo que no goza de las simpatías generales? Aparte de necesitar que se olviden sus fracasos, su ineptitud, su continua improvisación. Que es el verdadero estado de alarma.


ABC - Opinión

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