martes, 30 de noviembre de 2010

Messi: cuatro escaños. Por Alfonso Ussía

Hoy, centenares de analistas y aspirantes a serlo comentan los resultados de las elecciones catalanas. Toni Bolaño escribe que ha ganado el separatismo y que no es buena la noticia. Respeto su opinión pero no la comparto. No me figuro a Artur Mas metido de golpe en fregados escisionistas, y menos aún con Duran y Lleida como principal soporte. Se trataba de rescatar a Cataluña del nefasto y hasta nauseabundo Tripartito. Y han sido los catalanes los encargados de hacerlo. Subidón de CIU, gran resultado de Alicia Sánchez-Camacho y el Partido Popular –Rajoy ha intervenido, y mucho, en la campaña electoral–, y descalabro del socialismo y el independentismo agresivo y pueblerino de Esquerra Republicana. Los ecocomunistas de ICV también pierden, los Ciudadanos de Rivera se mantienen y Messi que no se presentaba, y además es argentino, ha conseguido cuatro sorprendentes escaños. La sociedad catalana, se ha demostrado de nuevo, es una macedonia de frutas. En esta ocasión, los resultados han sido tan diáfanos, que Montilla y Puigcercós han tenido que reconocer su fracaso. Es el mismo fracaso, porque uno y otro son corresponsables del naufragio catalán.

El partido de Rosa Díez, UPyD, se ha quedado en calzonas silvestres. Cataluña necesitaba claridad en los mensajes, y este grupo político no puede darla por imperativos de incapacidad. El gran derrotado de estas elecciones es Zapatero. No hay que ser analista político para entrever que en Cataluña ha principiado su gozoso desmoronamiento. Gozoso para España, quiero decir. A partir de hoy, lo que quedaba de Gobierno de España se somete a su paulatina descomposición. Zapatero se ha cargado también a Rubalcaba. A este hombre no hay quien lo detenga en su labor destructiva. Chacón no existe. La ministra de Defensa tuvo el detalle de acompañar a Montilla en su llanto de despedida. Sonreía como dijo el poeta, «con la melancolía de las lágrimas contenidas». No me pregunten por la identidad del poeta en cuestión porque la ignoro. Pero ahí estaba la ministra dando la cara y rompiéndosela simultáneamente. Otra víctima de Zapatero. Al paso que lleva el fotografiado de La Moncloa se va a quedar sólo con Leire Pajín, que aguantará hasta el hundimiento, a no ser que decida recuperar la vida en familia que le procura Benidorm.

Las derrotas de ERC e ICV son locales. Como el éxito de Messi con sus cuatro escaños. Pero los triunfos de CIU –por su interés en la futura gobernación de España– y del Partido Popular pertenecen a otra dimensión. Lo mismo que el descalabro del socialismo, que se anuncia ya sin posibilidad de recomponerlo, en todo el territorio nacional. Desde hoy, la pregunta «¿Vas a seguir, José Luis?», se convertirá en una obsesión reiterativa en todas las sedes socialistas. Hoy por hoy, el Partido Popular ganaría en Andalucía, en Extremadura y en Castilla-La Mancha. El socialismo ha perdido su feudo catalán. ¿Aguantará Zapatero hasta el naufragio definitivo? De acuerdo con su sentido del patriotismo, «Yo soy lo más parecido a la Patria», es probable que sí. Siempre que los suyos lo toleren, que está por ver. España, a partir de Cataluña, ha recuperado el viento que sopla en Europa. Un centro-derecha liberal que nos acerque a la salvación económica.
Bien por Cataluña, a pesar de los cuatro escaños de Messi, que es en verdad quien los ha conseguido.


La Razón - Opinión

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