viernes, 29 de octubre de 2010

Eguiguren, a la calle

Tener entre sus filas a alguien a quien los etarras toman por amigo demuestra que el PSOE no se limita a arruinar a los ciudadanos españoles, sino que también los humilla.

Ya resulta ridículo que un partido que se dice abanderado del feminismo y perseguidor implacable del maltratador tenga a un condenado por ese crimen como presidente en el País Vasco. Pero que el PSOE no ponga de patitas en la calle a quien se presta a declarar en los tribunales a favor de la excarcelación de un miembro tan destacado de Batasuna-ETA como Otegi es un insulto a los ciudadanos españoles de bien.

Desde el final del proceso en el que Zapatero pretendió que España se rindiera al terrorismo nacionalista vasco hemos venido denunciando las puertas abiertas que el PSOE había dejado a una nueva negociación. La principal, sin duda alguna, ha sido no disolver los ayuntamientos gobernados por ANV, la franquicia de la banda en las últimas elecciones municipales. Pero también la insistencia en mantener a Jesús Eguiguren tanto en los cargos directivos del partido en el País Vasco como en el comité federal del PSOE, al que entró a formar parte cuando Zapatero fue elegido secretario general.


El maltratador Eguiguren siempre ha sido favorable a ese eufemismo al que llama diálogo, y que en la práctica significa que se debe discutir con los asesinos qué premio les damos por dejar de matar. Nunca lo ha ocultado. Resulta inimaginable que un sujeto con estas ideas no sólo forme parte de un partido que se dice democrático sino que forme parte de sus órganos de dirección. Mientras esté ahí, sabremos que la puerta del PSOE seguirá abierta de par en par a la negociación con ETA.

Rubalcaba, el hombre que estaba al frente de Interior cuando la policía advirtió a miembros de ETA que los iban a detener, el hombre que nos aseguró que estaba completamente verificada la intención de ETA de dejar las armas, ha sido ascendido a vicepresidente y hombre fuerte del Gobierno de Zapatero. Ahora dice que "está cambiando algo" en ETA. Y el presidente del PSE acude presto a declarar a favor de Otegi, quien dice querer salir de la cárcel por el "devenir de los acontecimientos políticos".

Eguiguren no ha sido reprendido públicamente por Zapatero ni por Patxi López. Quizá lo hagan el viernes, o el fin de semana, o la semana que viene. Pero ya han dejado pasar demasiado tiempo. Y sin duda no lo echarán de sus cargos, que es lo que debería hacer cualquier partido democrático que quiera acabar con el terrorismo. Porque tener entre sus filas a alguien a quien los etarras toman por amigo demuestra que el PSOE no se limita a arruinar a los ciudadanos españoles, sino que también los humilla.


Libertad Digital - Editorial

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