viernes, 27 de agosto de 2010

PSOE. Obediencia al jefe. Por Agapito Maestre

Nadie mejor que Rubalcaba con estas declaraciones ha definido jamás el tipo de partido que es, hoy por hoy, el PSOE. Estamos ante un partido de marcado cuño leninista, es decir, de orientación totalitaria y autoritaria.

El único patrimonio político de Tomás Gómez, según su compañero de partido Alfredo Pérez Rubalcaba, es haber desobedecido a Rodríguez Zapatero. Por eso, precisamente por ese acto de desobediencia moral y de rebelión política hecho público por Gómez, el ministro del Interior votará a la candidata impuesta por el jefe del partido. Nadie mejor que Rubalcaba con estas declaraciones ha definido jamás el tipo de partido que es, hoy por hoy, el PSOE. Estamos ante un partido de marcado cuño leninista, es decir, de orientación totalitaria y autoritaria. Así fue en el pasado. Así es ahora.

El debate de las primarias en Madrid es puramente retórico, pues que es imposible que haya debate allí donde rige la obediencia ciega al jefe, comité o, sencillamente, camarilla oligárquica socialista. En este punto la propia candidata de Zapatero, la señora Trinidad Jiménez, ha sido explícita: "Yo no debato con Gómez", hasta ahí podíamos llegar, porque nada hay que debatir: "Tenemos el mismo proyecto, las mismas ideas y somos del mismo partido".


A Trinidad Jiménez sólo le ha faltado decir lo explicitado por Rubalbaca: lo decisivo en este partido es obedecer al jefe. Rubalcaba sabe bien que Felipe González, el antiguo jefe de la organización, renunció al marxismo, pero nunca dijo nada del leninismo; más aún, si González no hubiera renunciado de modo autoritario y leninista al marxismo, seguramente los estatutos de ese partido seguirían todavía presididos por los principios marxistas de la lucha de clases interpretados con rabia y resentimiento. La insubordinación, en fin, mantiene el antiguo ministro de González tiene que pagarse con la derrota.

Por lo tanto, entre Trinidad Jiménez y Tomás Gómez no hay nada que decidir ni que discutir, según Rubalcaba, porque la decisión y la discusión han sido llevadas a cabo por parte de Rodríguez Zapatero y sus consejeros. Sólo cabe esperar al día de la votación, un acto que ha quedado reducido a una "imagen" para el exterior, o sea a un vulgar protocolo de cara a la galería. La realidad es la expresada por Rubalcaba: "Aquí se hace lo que dice el jefe"; incluso el "rebelde", que podría haber dado lugar a un cierto debate con su "rebeldía", ha dicho que él no se enfrenta a Zapatero sino que trata de reforzar su autoridad. Patético.


Libertad Digital - Opinión

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