martes, 11 de mayo de 2010

Zapatero resiste. Por Cristina Losada

Es sabido que los últimos marxistas están en la derecha: creen que se vota con el bolsillo. El caso es que el bolsillo está vacío y Zapatero resiste.

Como para fastidiar a aquellos que, como Cospedal, reclaman estos días que Zapatero se vaya a su casa, el último barómetro del CIS ha reducido a casi nada la diferencia de intención de voto entre el PP y el PSOE. La opinión pública es, dentro de un orden, una criatura contradictoria y voluble. De ahí que, pese a la sospecha de que el CIS barre para casa, no resulte del todo extraño que entre enero y abril los socialistas hayan recuperado votantes. Ello, incluso, cuando la mayoría desconfía del presidente del Gobierno. Pues el orden, ése que el PP no quiere arriesgarse a modificar y acepta como natural o inmanente, consiste en que España es de izquierdas, aunque le pese.

Los populares achacan el feo resultado al hecho de que las encuestas se realizaran los días en que se levantó el secreto del sumario de la trama Gürtel. Cierto que los sondeados consideran que el PP es el partido más manchado por la corrupción. Pero, ¿no dijeron en Génova que la publicación del sumario no desvelaba nada nuevo y que ya no tendría efecto alguno? Ahora, han cambiado de parecer. Tarde.


Se confirma, una vez más, que las preocupaciones de los españoles son de índole económica. En teoría, la situación ideal para el PP, que ha apostado por hacer una oposición centrada en la crisis y puede presentar un historial de gestión brillante. Sin embargo, el partido de "los problemas que preocupan a la gente" no acaba de conectar con la gente. La inquietud por la marcha de la economía no provoca una modificación sustancial de las preferencias políticas. El PP ha acentuado su perfil tecnocrático y apolítico, frente a un PSOE que hace lo contrario. Y lleva las de ganar este último, que sobrevive sin sufrir grandes daños. Pero es sabido que los últimos marxistas están en la derecha: creen que se vota con el bolsillo. El caso es que el bolsillo está vacío y Zapatero resiste.

Entretanto, el PP deshoja la margarita preguntándose si debe de tomar alguna iniciativa política de gran calibre. Rajoy nada descarta. Y para no descartar nada, se abstiene. A fin de mantener abiertas todas las opciones, no elige ninguna. Ante todo, mucha calma.


Libertad Digital - Opinión

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